Rafael de Sevilla se llamaba Rafael Mazuelos de la Bastida y nació en Sevilla, en la calle Alonso el Sabio el 29 de agosto de 1919. Desde muy chico apuntaba maneras de artista. Le apasionaba el baile. Como era de familia humilde y no podía costearse una academia, iba a la calle Trajano y se asomaba a las ventanas de la de Realito a ver cómo bailaban y cómo daba él las clases. Y así es cómo él aprendió a bailar.
Tuvo una juventud difícil. Lo pasó muy mal, porque hasta le
pegaron por ser homosexual. A veces se tenía que vestir de mujer para pasar
desapercibido y que lo dejaran en paz. Para colmo, en su casa no era bien visto
su entusiasmo por el flamenco. Por eso se marchó de España en cuanto pudo. En
realidad, le pasó lo mismo que al hoy famoso Miguel de Molina.
A Rafael le gustaba también que el público participase en sus funciones. Así lo decía en la publicidad:
Rafael hopes that the colourful and
brilliant costumes, the exciting rhythms of the guitars, the thrill of the
dance ꟷall go to
make a feast for the ear and the eye; and he judges his success from the
inevitable open-hearted response of his audience who are his prime concern.
When he invites everyone to “play the hands”, it’s because he wants the
audience to enter into the spirit of the show with him ꟷwhich everyone always do.
Rafael espera que el brillante y
colorido vestuario, los excitantes ritmos de la guitarra, la emoción del baile
se conviertan en una fiesta para la vista y el oído; y él juzga su éxito por la
inevitable y sincera respuesta del
público, su principal preocupación. Cuando invita a todos a participar, es
porque quiere que el público sienta con él el espíritu del espectáculo ꟷlo que todos hacen siempre.
Para terminar con un:
If
you feel like joining in, then do so… and SALUD!
Si os apetece uniros a nosotros,
hacedlo… y SALUD!
Rafael lo bailaba todo, aunque sus palos preferidos eran las soleares y los tangos de Málaga. Le gustaba también introducir “El Berebito”, una pieza cómica en la que él cantaba, y completaba sus programas con “La Taberna del Toro”, “La Leyenda del Beso”, “El Romance de Antonio” o “La Luna y el Toro” (un número compuesto por una pieza cómica que titulaba “Ae! Ae!” y un zapateado que hacía él mismo sobre un tambor, más el Porompompero, caracoles, sevillanas, petenera, el Café de Chinitas y una rumba que hacían los miembros de su compañía). Completaba sus espectáculos con 6 o 7 estilos (fandangos de Huelva, alegrías, seguiriyas, caña, malagueña, verdiales, tanguillos, cartagenera, jota navarra, panaderos) y un solo de guitarra.
Rafael, el
4º de izquierda a derecha.
Rafael, el
3º de izquierda a derecha.
En su compañía llevó como bailaoras a Maleni Imperio, Charo de Ronda, Teresa Sacromonte, Maruja de Córdoba, Rocío de Triana, Rosa Gitana, Rosario Serrano, Carmela Ruiz, Susana Montoya, Rosa María, Juanita Cruz, Juanita Flores, Sarita, María del Carmen y a Manolo Triana y José Vargas como bailaores. Para el cante tenía a Christóbal, Lionel, Rogelio de Málaga, Niño León y Rafael Rodríguez con las guitarras de El Tito, Pedro Navarro, Juan Martín, Antonio Cortés y Ricardo Cortés. En ocasiones llevaba también el piano de Juan Vincarro.
Rafael nos dejó en Sevilla el 21 de mayo de 1991. Tenía 72 años.