El concierto que nos ofreció anoche en el
Teatro de Triana (Fundación Cristina Heeren) el joven guitarrista Pedro
Barragán rezumó hondura, profundidad, sensibilidad y elegancia; sin ninguna
concesión al público, exhibición de virtuosismo o efectos espectaculares. Muy
concentrado desde el primer momento, hizo un recorrido ligado y muy sutil por
diferentes estéticas y estilos flamencos.
La noche de su presentación, contó además con unos extras de gran interés. Para empezar y a manera de introducción, la gran Inma la Bruja nos puso en antecedente de la bonhomía de la persona y el músico, de la manera más natural y sincera, como una amiga de verdad. El maestro Andrés Marín mostró parte de su espectáculo sobre Vicente Escudero, realizado en colaboración con el propio guitarrista. Andrés bailó de manera minimalista unas magníficas seguiriyas y además –como solía hacer el propio Escudero- cantó; en este caso, la seguiriya de Paco La Luz que nos legó Manuel Torres. Todo un lujo de vanguardia. El tercer momento extra, de enorme interés, fue el diálogo percusivo entre Pedro y el bailaor Oruco en unas contundentes bulerías. Para finalizar, los últimos temas del concierto recorrieron la memoria de las grandes aportaciones de la guitarra romántica, en perfecto maridaje con otros estilos más aflamencados… Una noche a recordar y un disco a gozar sin prisa, con deleite, en espera de los próximos trabajos de este gran músico al que obviamente, habrá que seguir.
Manuel Alcántara
Foto: Kyoko Shikaze