Anónimo se estrenó el 7 de marzo de 2019 en el XXIII Festival de Jerez y obtuvo el Premio del Público. David la define como “un secreto, un misterio, la cantidad de seres que habitan dentro de una misma persona y que son desconocidos para la norma social” y añade:
Las convenciones obligan a un determinado
comportamiento, entonces las personas vamos configurándonos según lo que se
exige socialmente de nosotros. Nos modelamos poniendo filtros al verdadero ser
que somos. Yo he querido crear un espacio donde se cuestione esa imposición y
juguemos a burlarnos de ella (Albidanza.com).
Y en el programa del Central pudimos leer:
Es una fantasía personal sobre un
espacio donde la identidad se desdibuja y deja de tener nombre y fisionomía
determinada. Donde puede ser rígido y blando, masculino y femenino, bello y
feo, caótico y ordenado. Una anónima masa de piel, carne y hueso que puede y
quiere exponer danzando sin reservas
Sin embargo, una vez que se representa en público una obra,
deja de pertenecer en exclusiva a su
creador y pasa a formar parte también del público. El espectador la hace
suya y crea su propia interpretación. Anónimo
es una obra muy densa de contenido y para mí tiene diversas interpretaciones.
La primera escena habla del amor. Es la
metáfora de un amor sin fronteras de sexos. Un amor ajeno a la masculinidad o
la femineidad.
Luego nos habla de la apariencia y de la identidad íntima del
ser. Una reflexión que viene a ilustrar un viejo dicho popular, “El hábito no
hace al monje”. En Anónimo se habla
repetidamente, incluso a coro, sobre la ropa, “Mi ropita yo vendo ¿Quién la quiere comprar?” “Me pongo la
chaqueta. Me quito la chaqueta […] Yo soy Me llamo. Yo soy la chaqueta que se
llama”. Los personajes se intercambian prendas de vestir. Se visten de
derviches con vaporosas faldas blancas. Más aún. Se intercambian posiciones y
papeles. En una curiosa y original figura Coria encumbra al cante. Se pone
encima de los hombros a Gema Caballero.
Anónimo es asimismo una magistral exhibición de baile flamenco con dos solos realmente espectaculares. No se sale un ápice de la ortodoxia jonda, pero la enriquece con los frutos de su creatividad e imaginación. En su baile hace gala de un zapateado vertiginoso con una técnica precisa y depurada. Un zapateado que convive con actitudes y figuras escultóricas. Un baile que sabe a clásico y es descaradamente moderno.
Así le hemos definido en otra ocasión:
David Coria destaca hoy en el
panorama del baile flamenco por su desbordante imaginación, su valentía para
romper moldes y su envidiable dominio técnico. Es a la par un bailaor tan
inquieto como autoexigente. Un bailaor elegante y polifacético que se define
como “vanguardista sin perder las raíces” (La
Musa y el Duende 29)
Con él, Florencia Oz y Rafael Ramírez colaboraron en transmitir con nitidez y eficacia el mensaje de Anónimo.
Capítulo aparte merece la música y su interpretación. Jesús
Torres ha compuesto una magnífica partitura con momentos realmente espléndidos.
Daniel Suárez le arropa perfectamente con la percusión y Gema Caballero derrocha
sentimiento por seguiriya y pone el alma en la farruca, los tangos y la
petenera.
Todos nos regalaron una noche mágica en el Teatro Central.
José Luis Navarro