Verso libre es la Soleá. María Moreno se entrega a ella en cuerpo y alma. Celebra su rito con el corazón. Entra despacito al círculo mágico donde la va a bailar. Hay unas palabras de introducción, “El alma y la inspiración son dos complementos importantísimos para bailar por soleá …” y suenan la guitarra de Juan Requena y la voz de Pepe de Pura ꟷlos dos espléndidos toda la nocheꟷ, que se arrancan por Alcalá:
El pasito que yo doy,
ése no lo daba nadie;
yo lo hago por mis niños,
que están pendientes del aire.
Me voy por la trasera,
que yo le temo a tu mare,
que tiene mu malita lengua.
Se oye por las esquinas
decir que ya no me quieres
Y andas loquita perdía
María la vive, la siente, la respira y la transmite. Llega hasta el mismísimo tuétano de sus entrañas. Se mueve despacito, con parsimonia, acariciando el aire, saboreando cada milímetro. Con arranques de rabia aquí y allá. Se detiene en esa escobilla que la identifica para dar una lección de elegancia. Y sigue poniendo sentires en cada paso, en cada movimiento.
Aparece Carmen Ledesma, nos recuerda “Por ver a mi madre yo diera un dedito de mi mano, el que más falta me hiciera”, “Cuando murió la Serneta la puertecita quedó cerrá. Ella se llevó el cante, el cante por solea” para dogmatizar a renglón seguido “La soleá es la madre, es el tronco y es la raíz” y darse unas pataítas con sabor a siglos.
Llega el turno de la modernidad y La Tremedita hace que el bajo eléctrico suene por soleá. Y las canta. María las baila hasta subida en una silla.
La noche se cierra con un diálogo Juan Requena-María, guitarra-baile, frente a frente.
Verso libre, dirigido por la omnipresente María con la colaboración de Rafael R. Villalobos y con un imaginativo juego de luces de Antonio Valiente, es el preludio de un próximo espectáculo de la gaditana ꟷ”work in pogress” le llaman ahora a estos previosꟷ que, por lo visto y oído anoche, estamos seguros que entrará a formar parte del mejor repertorio de los próximos tiempos.
¡Enhorabuena María!
José Luis Navarro