"Abril", una confesión íntima



Abril de Lucía la Piñona es un reencuentro con ella misma. Una confesión de recuerdos. Una obra íntima y densa en la que Lucía rememora momentos pasados y sentimientos vividos. Unos dulces, otros amargos. Gozos y sombras. Hay delicadeza y hay ternura, pero hay también aquí y allá arranques de pasión y de rabia, como ese grito reprimido que le canta Pepe de Pura, ”Quiero gritar y no salen sonidos de mi garganta”. Son vivencias que va desgranando una a una en el escenario. Abril rezuma además tristeza y melancolía.




En Abril Lucía se acuerda de su madre, una inglesa enamorada de Andalucía que falleció un mes de abril de 2011 ꟷde ahí el títuloꟷ y de su padre, un bohemio andaluz. Se acuerda de Lole y Manuel, sus ídolos y los de sus padres ꟷ“Soy fanática de Lole y Manuel, pero hasta un extremo poco normal” ha dicho en más de una ocasiónꟷ, y de Juan Manuel Flores Talavera, el autor de muchas de las canciones de Lole y Manuel [1], ese “poeta de la luz” alcalareño afincado en Triana que nos dejó un diciembre de 1996 a los 53 años y a quién ella dedica esta obra. Lucía se embriaga con sus versos y los baila. Todas las letras de Abril son de Juan Manuel [2]. Se inspira también en La tierra baldía (The Waste land, 1922) de T. S. Eliot. Unos poemas en los que podemos leer “Abril es el mes más cruel: engendra lilas de la tierra muerta, mezcla recuerdos y anhelos” [3]. Rememora y reconstruye los Seises de la Catedral sevillana, otro evento especialmente querido de Flores [4]. Y no faltan en la música de Lagos unos minutos para evocar los sonidos electrónicos de Pink Floyd.




Abril es también un paso más como bailaora. Lucía explora nuevos territorios coreográficos y dibuja inusitadas actitudes y figuras. Se inventa movimientos y enriquece con ellos su inventario dancístico. Nos regala un baile que funde el pasado con sus propias señas de identidad para mirar al futuro. Un baile con un lenguaje propio. Un baile que no se parece al de ninguna otra bailaora, porque Lucía ha aprendido de muchos, pero no ha calcado el baile de nadie. Un baile con raíces clásicas y aromas de hoy. Con él Lucía desnuda sus sentimientos, se emociona y nos emociona. La Piñona baila la música, las voces y los silencios. Hay diálogos de danza con cante a palo seco, duos música-danza y solos de danza al son de su propio sentir. Hace soleá, bulerías, alegrías, tangos, seguiriya, taranto y un precioso trémolo de Alfredo Lagos. Todo con una justeza rítmica envidiable. A veces, con delicadeza, se recrea con lentitud, saboreando la música, gustándose. Otras, arrancándose furiosa. Siempre imaginativa.




Es difícil destacar una escena de las demás. Yo he disfrutado con todas. La obra empieza con una preciosa introducción a dúo con la guitarra de Alfredo Lagos a ritmo de bulería inspirado en el tema “Shine on you crazy diamond” (Sigue brillando, diamante loco) de Pink Floyd [5], que ella adorna con deliciosos giros y cambrés. Sigue con un apunte lírico y una soleá mano a mano con Pepe de Pura que remata con una nana. Viene luego un peculiar recuerdo-homenaje a los Seises y a la espiritualidad de Flores, con coreografía de Ana Morales, interpretado por las cantantes líricas y ella, un ejemplo de sencillez y de originalidad. Una secuencia geométrica: pasos adelante, pasos atrás, pasos a uno y otro lado y elevaciones en puntas. Después, un espeso silencio y un viaje a Cádiz por bulerías y alegrías. Un llamativo brindis al baile flamenco clásico y a la vez una soberbia muestra pletórica de detalles personales con un “silencio”, lento, primoroso, un recuerdo a Carmelilla Montoya ꟷla trianera se lo había bailado a Camarón con botas de calle y un vestido rojoꟷ fue verdaderamente subyugante. Luego, una novedosa secuencia seguiriya-levantica y un regreso a los 80, la época que vivió Juan Manuel Flores, en el que gira y gira al son del rock que recrea Tarantos (para Jimi Hendriz) de Gualberto. Y, para terminar, en el trémolo de Lagos, mientras se desnuda de cintura para arriba, Lucía da toda una lección de primor y sutileza.




Toda la obra está envuelta por las flores, hojas, ramas y macetas de un jardín lleno de magia, tan exuberante como sugerente. Una vegetación que arropa cada movimiento. En él amanece y en él llega la noche. Una escenografía genial de Antonio Marín y Sembradas con la iluminación precisa de Manuel Madueño. Lucía ha contado también con la dirección artística de Pedro G. Romero, un manantial de imaginación e ideas.




Mención muy especial merece también la música que ha compuesto el jerezano Alfredo Lagos. Ha sabido inspirar a Lucía a base de acordes que adornasen las palabras de Juan Manuel Flores y el recuerdo de Lole y Manuel, incluida la música que ellos vivieron en los ochenta, Jimmy Hendrix, Gualberto, los Smash, el Califato y Pink Floyd. Y todo con la más estricta flamencura. Le acompañan Perico Navarro en la batería y Alejandro Rojas Marcos en el teclado.

Y otro tanto podemos decir de la interpretación que hace Pepe de Pura de las letras del poeta trianero, con la original aportación de las voces líricas de Guadalupe Martín [6], Irene Román y Soraya Méncid.




Y ¿qué decir de los versos de Juan Manuel Flores? Hablan de amor, “Quiero vivir en ti”, “Dame tu llanto”, “Amárrame con tus besos”. Hay sinceridad, “A golpes de corazón he elegío mi camino” y hay poesía, “¿Quién se ha llevado la estrella que temblaba en mi ventana?”, mucha poesía, “Un jazmín dos veces blanco se mira en el agua quieta”, “La noche tiene mi calle con las ventanas abiertas”. Hay incluso una queja social incrustada en una nana que suena reinvindicativa, “Duérmete niño mío, que viene el amo. El dueño de la siembra y de los campos”.

Sin duda, Abril fue uno de los mejores espectáculos que ofreció la pasada Bienal. Un espectáculo de baile que a base de recuerdos vividos se transforma en una obra dramática.

                                                                                                                            José Luis Navarro


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1. Suyas son las canciones de sus tres primeros discos.
2. Sus versos los publicó en 2013 Ediciones Huida con el título Ha llegado la mañana. Poesía inédita, gracias a la labor de la investigadora italiana Marianna Maierú.
3. “April is the cruellest month, breeding lilacs out of the dead land, mixing memory and desire” del poema “El entierro de los muertos” (The burial of he dead).
4. Los Seises formaban parte de su musical por bulerías Maya, la luna y el arlequín (inédita).
5. El disco se lo dedicó Pink Floyd al que fuese su cantante principal, Syd Barrett, que se volvió loco a fuerza de consumir drogas.
6. Es también 2ª guitarra en la introducción al taranto y guitarra eléctrica.