Reseña de DEL MISSISSIPPI AL GUADALQUIVIR. FLAMENCO Y JAZZ

UN LIBRO SOBRE LA RIQUEZA SIMBIÓTICA DEL FLAMENCO

El prestigioso investigador del flamenco José Luis Navarro, al que llamamos notario mayor del reino del baile, por sus libros sobre el mismo, nos asombra de nuevo con otra parcela de su labor incansable: la de la relación entre el flamenco y el jazz, otra de las pasiones del autor (¿y de quién no?). En Del Mississippi al Guadalquivir. Flamenco y jazz, con prólogo hondísimo y documentado del profesor, compositor de guitarra flamenca e investigador Francisco J. Escobar Borrego, Paco Escobar, documenta con pasión y racionalidad (son compatibles) la —como dice Escobar— intersección de códigos estéticos entre jazz y flamenco. Resume el valor de la obra con estas palabras que reproducimos: “estas in-fusiones jazzísticas reconocibles en la comunidad musical del flamenco, a modo de jazz flamenco o flamenco con aires jazzísticos, podrá hallar el lector del presente volumen que tiene entre sus manos en virtud de un recorrido diacrónico desde prácticamente comienzos del siglo XX hasta las últimas tendencias actuales. Y es que Del Mississippi al Guadalquivir. Flamenco y Jazz de José Luis Navarro se erige como una obra instrumental fruto de una granada revisión del estado de la cuestión, tanto en el plano de fuentes primarias como secundarias. Asimismo, la obra, redactada con claridad divulgativa como sistemática guía o aviso para navegantes, plantea, de paso, útiles directrices para una ulterior reflexión crítica, además de atractivos planteamientos hacia futuras perspectivas de análisis” (p. XXV). Dicho queda por, al fin y al cabo, otro maestro de este mundillo de la investigación del flamenco y sus interrelaciones con otras artes. Como dice el autor, sorprende que nada que es tan moderno como lo antiguo, que todo se ha hecho ya antes, o casi todo, como la relación jazz y flamenco; así, Fernando Viches hizo unas grabaciones con Ramón Montoya en 1932. Y hasta hoy. Un recorrido por nombres que aparecen bien estudiados en la obra, desde los pioneros del jazz a los que desde el flamenco se han asomado a las formas del jazz influenciados por estas en simbiosis o mutua influencia: Morton, El Negro Aquilino, Gil Evans, Louis Armstrong, Duke Ellington, Miller, Gillespie, Miles Davis… hasta Bebo y el Cigala, Tete Montoliu, Sabicas, el trío mágico Jorge Pardo – Carles Benavent – Tino di Geraldo, Gerardo Núñez, Dorantes, Tomatito, Vicente Amigo. Casi nada, todo un elenco, de un lado y de otro, de primera categoría, y sólo hemos nombrado a algunos. Un apéndice muy útil de bibliografía, hemerografía, etc., un conjunto de fotos que amenizan la lectura y mucha documentación periodística, carteles, etc. hacen de este libro un ejemplo vivo de recorrido a fondo, competente, imprescindible en la biblioteca de los amantes del flamenco y del jazz, especie de hermanos de sangre en el fondo. Como dice Navarro: “Los dos son hermanos en nacimiento y en sentimiento. Los dos están teñidos de sufrimiento y tanto al Jazz como el Flamenco son también capaces de transmitir el regocijo de la fiesta. El Flamenco nació en Andalucía, cruce de caminos de culturas y civilizaciones orientales y occidentales. El Jazz nace en el sur de la Norteamérica del algodón y tiene antepasados africanos”. Enhorabuena por este libro al que sólo le falta la música, nosotros se la hemos ido poniendo (gracias a los medios de hoy) conforme hacíamos la lectura. Lo aconsejo, ha sido muy gratificante, y se aprende deleitando.

                                                                                                                                    José Cenizo Jiménez