"Contigo" de Fernando Jiménez


Contigo es una historia de dolor, la expresión angustiada de unos sentimientos, el recuerdo de una pérdida y la añoranza de un ser querido (*).


Suenan las notas de un piano. Son martillazos que golpean el alma. El bailaor se arrastra bajo el peso de la pena en la oscuridad de una cueva negra. Garabatea en el suelo su desconsuelo. Se levanta y da un grito por seguiriya. Una seguiriya larga, intensa, sentida. “¿Qué te pasa que no duermes ni dejas que duerma yo?” le dice el cantaor. Se oyen tanguillos que no logran animarle. Pero se hace la luz por alegrías. La vida se impone a la memoria de la muerte. Sigue un paso a dos en el que el bailaor dialoga a dúo con otros recuerdos. Un juego de complicidades. Una visita a un pasado ajeno a la tragedia. Sin embargo, los recuerdos amargos reaparecen y le cantan por corraleras “¿Dónde te has metido, Fernando?”. El bailaor encuentra al fin la paz entregándose al espíritu de la danza por farruca. El equilibrio final entre el baile clásico de Antonio Ruiz y la contemporaneidad de saltos y movimientos baletísticos. Armonía entre el pasado y el presente y el anuncio de un nuevo futuro. Es el último de unos bailes magistrales. Cierran unas notas al piano.

Fernando Jiménez, hoy por hoy uno de los bailaores más imaginativos y mejor preparados de la actual generación de artistas, nos abre su corazón en Contigo al tiempo que da toda una lección de danza.

Ha contado con Eva Yerbabuena que ha colaborado con él en la coreografía del paso a dos, con Ángel Fariña en el baile, con Pepe de Pura, Jesús Corbacho y Samara Montáñez en el cante, Luis Medina a la guitarra, Rafael Heredia a la percusión y Mercedes de Córdoba en la dirección artística. El piano es de Cristian de Moret.

Fernando Jiménez estrenó Contigo el 5 de marzo en el 24 Festival de Jerez. Lástima que una propuesta de esta categoría haya pasado algo desapercibida al estar incluida en la programación de la Sala Paúl.

                                                                                                                       José Luis Navarro

(*) La obra está dedicada a una prima hermana suya fallecida no ha mucho tiempo.