Juan José Heredia (Almería, 24.04.1974), Niño Josele
para el Flamenco, es el último eslabón hasta el momento de toda una cadena
dinástica de guitarristas almerienses. Hijo, nieto y bisnieto de amantes de la
sonanta. Enamorado del toque de Tomatito y de la guitarra de Paco de Lucía, con
el que estuvo 6 años recorriendo el mundo, cayó en las redes del Jazz desde que
escuchó a Bill Evans. De esas dos fuentes se nutre su música. Y eso es lo que
pudimos escuchar y disfrutar anoche en el Teatro Central. Una mirada atrás a la
vez que un anticipo de su próximo trabajo discográfico.
Josele se presentó con el típico formato de jazz —actualmente él forma parte de la Spanish Heart Band de
Chick Corea—, un quinteto
que se transformó en sexteto cuando El Turri pasó de cantaor a flautista. Un
grupo formado por Johnny Cortés (percusión), Julián Heredia (bajo eléctrico),
Antonio Gómez “El Turri” (cante y flauta) y José Heredia (piano) y
caracterizado por su prometedora juventud. Todos tuvieron la oportunidad de
lucirse en esas clásicas ruedas del Jazz.
Con ellos Josele rindió tributo a Paco de Lucía, desde
su primer tema, una colombiana hija de “Monasterio de sal” (1981) de maestro de
Algeciras. Eso sí, todo con el sello del almeriense, pura exquisitez y
sensibilidad musical. Y lo mismo podemos decir de sus bulerías en las que se
asomaban una y otra vez las falsetas de Paco. Luego Josele y El Turri hicieron
que nos acordásemos de El Gigala con esa “Bien pagá” que popularizó Miguel de
Molina, de Camarón y de El Potito. Hubo un diálogo guitarra-piano lleno de
delicadeza —otra
referencia a Paco y Chick Corea— que sustituyó
a la rumba anunciada en el programa y Josele cerró el concierto con un recuerdo
expreso a Paco y su “Zyryab”.
Hubo muchos asientos vacíos. Supongo que virus chino
ha empezado a hacer estragos en la asistencia a los teatros.
José Luis Navarro