La Bienal Online alcanzó su cenit con el concierto de David Dorantes, un músico universal que respira Flamenco por todos sus poros. Nieto de La Perrata, hijo de Pedro Peña, sobrino de Juan Peña El Lebrijano y de Inés y Pedro Bacán, David ha elevado el Flamenco a espacios reservados para la música llamada clásica. Bajo la cúpula barroca de la iglesia de San Luis de los Franceses, ha dado rienda suelta a esa libertad creativa carente de fronteras que le caracteriza.
Tituló el concierto “Identidad” y pieza a pieza fue desnudando su intimidad, su forma de ser, de pensar y de sentir. Arpegio tras arpegio fue creando un Flamenco sin etiquetas ni barrotes. Un flamenco que tiene el aroma de la seguiriya, del tango o de las alegrías, pero que no tiene por qué ajustarse a modelos o términos preestablecidos para emocionar a quien lo escucha. Dorantes toca el piano a lo flamenco, sin partituras, pero con una dimensión ecuménica. Fue un toque ora juguetón, ora mesurado, siempre íntimo, profundo y bello.
“Identidad” esta forjado a base de recuerdos, vivencias y sentires. Dorantes regaló también dos piezas conocidas: “Niñez”, la nana de Sur, y “La máquina” de El tiempo por testigo. Un concierto que el público disfrutó con fruición. Tanto que cuando David intentó darlo por terminado, pidió más y más y le obligó a regalarle más bises.
José Luis Navarro