"Alegorías" de Paula Comitre

Hoy se ha impuesto la idea de que para “vender” un “espectáculo de danza” hay que envolverlo en una trama más o menos novelesca o filosófica, las más de las veces bastante subrepticia. Argumentos como los que se usaron en los siglos pasado véase El lago de los cisnes o El amor brujo resultan hoy por hoy absolutamente prohibitivos dado el número de personajes que han de aparecer en escena. Un inconveniente que se resuelve hablando de sentimientos, filosofías, ideas, introspecciones personales, fantasías y cosas así. Todos temas que poco atraen al aficionado a la danza que lo que en realidad quiere es ver bailar. Además en algún que otro montaje se actúa más que se baila.

No es el caso de Alegorías. En este nos importó bien poco toda esa retahíla literaria sobre la “realidad de los cuerpos” y la “imaginación humana” que firma Tanya Beyeler en el programa de la obra. Lo que disfrutamos y lo que nos sedujo fue el fastuoso baile de Paula Comitre (Sevilla, 1994) y de Lorena Nogal (Barcelona, 1984). 





Sus solos y sus dúos en los que como dos hermanas gemelas construían idénticas imágenes y atractivas figuras. La danza personal, plagada de belleza plástica, de la Paula flamenca y la exquisitez de los movimientos de la contemporánea Lorena.




Fueron ocho escenas inspiradas en el Mito de la Caverna de Platón (Inicio-Pasodoble de las beatas-No hay que decir-El monstruo-Pandero-La fiesta-Petenera-El canto de la Sibila) en las que Paula y Lorena, en palabras suyas, “juegan a ser un mismo cuerpo o dos cuerpos diferentes” y encuentran “un camino que no es flamenco ni contemporáneo”. En él conviven ambas danzas, camino a la contemporaneidad.

Con ellas comparten escenario la inspirada percusión de Rafael Moisés Heredia, la polifacética guitarra de Juan Campallo y la voz terrosa de El Perrate que pone la nota flamenca. Entre todos nos regalaron un atractivo recorrido musical por la jácara, el pasodoble, la rumba, la colombiana y la petenera.

Alegorías (El límite y sus mapas) se estrenó el pasado 6 de febrero en el Teatro Chaillot de París y es un nuevo paso en ese triunfal camino que está andando la que ya fue Giraldillo del Baile en la pasada edición de la Bienal sevillana.

                                                                                                                    José Luis Navarro