"Polos. Cañas. Soleares. Siguiriyas" de Juan Carlos Muñoz

Juan Carlos Muñoz, Polos. Cañas. Soleares. Siguiriyas, 2023



Juan Carlos Muñoz (San Roque, Cádiz, 1963) es prolífico autor de coplas flamencas, grabadas muchas de ellas y premiadas en concursos como el de Ciudad de Gines de 2009. Por su labor fue distinguido como Catedrático de Honor en la Universidad de la Plata de Argentina, en el Aula de Flamenco y Música Andaluza Manuel de Falla, así como galardonado con el Escudo de Oro en 2021 por la Unión Nacional de Escritores de España, entre otros reconocimientos. Tiene en su archivo más de cinco mil temas de su creación y, según manifiesta, le han grabado setenta temas en discos, le han cantado cuatrocientos temas flamencos de diferentes palos y ha colaborado en trece trabajos discográficos, cantidades que crecen día a día porque nuestro autor es incansable y su eco en los cantaores está demostrado.


En 2023 ha publicado dos libros: Mis versos flamencos a Federico García Lorca y el que comentamos, Polos. Cañas. Soleares. Siguiriyas. En esta obra, como se indica, se recopilan diversas letras de estos cuatro palos del flamenco (antes ha publicado libros de peteneras, tientos, etc.). Está dedicada al cantaor sanroqueño Juan Delgado y termina con esta composición, una declaración de principios:

                                    Un enamorado del cante
                                    siente pasión por su tierra,
                                    está sobrao de compás
                                    y en su alma arte encierra.

Está prologada por José Vargas Quirós, que destaca del autor su “alma de poeta”, imprescindible para escribir estas letras flamencas, junto a su conocimiento de los cantes. Sin duda es así. Destaca algunas como la siguiente:

                                    De este mundo
                                    soy prisionero
                                    y vivir de esta manera,
                                    Dios mío, no quiero.

En este repertorio encontramos letras de desigual calidad aunque siempre de un empeño digno y cabal. Algunas reproducen en un inicio sobre todo versos de otras de la tradición o muy similares, para luego desarrollar la novedad, algo corriente en los letristas: “De noche me voy al campo...”, “Qué poco me importa a mí...”, “Que Dios me mande la muerte...”, etc. Apegado al cante mismo, suele poner los tercios o versos tal como se hacen cantando, es decir, repitiendo. Canta a lugares emblemáticos del flamenco como Ronda o Triana y por supuesto a los grandes temas de la poesía universal como el amor y desamor, la libertad, la filosofía de la vida, la muerte, el tiempo que huye, etc. He aquí algunas de las que, a nuestro parecer, reflejan, con calidad, estos asuntos: “Vivimos cosillas bellas / en el Puente de Triana / mirando a las estrellas”, “Dios mío, qué pena me da / tener tus labios tan cerca / y no poderlos besar”, “Al igual que las tormentas / la vida pasa deprisa / y apenas nos damos cuenta”, etc. Un compendio dispuesto para ser alzado al vuelo en la voz de los artistas flamencos del cante.

                                                                                                    José Cenizo Jiménez