"Singular femenino" de Antonia Contreras

 ANTONIA CONTRERAS, SINGULAR FEMENINO, 12 PULSOS ESTUDIOS, 2022





HERMOSA EVOCACIÓN FLAMENCA DE ESCRITORAS

JOSÉ CENIZO JIMÉNEZ

Antonia Contreras, cantaora de sólida trayectoria, con la Lámpara Minera 2016 -entre otros relevantes premios- nos ofrece un disco singular y femenino, peculiar por cantar exclusivamente a mujeres escritoras, femenino por ella y sus inspiradoras, de ahí el título “Singular femenino” (y no femenino singular, que suena a análisis morfológico).

Empieza el disco con una canción por bulería con el poema “Como la cigarra”, de María Elena Walsh, poeta argentina del siglo XX, una exquisita entrada a este trabajo que se apoya en este este texto excelente, que termina con los versos:

                                                        A la hora del naufragio
                                                        y la de la oscuridad
                                                        alguien te rescatará
                                                        para ir cantando.

Y termina con una nana aún más lograda y hermosa, cantada sin guitarra para darle más verdad y realismo, y cantada con alma a fondo, con letra de la Premio Nobel chilena Gabriela Mistral, fallecida en 1957. Dice Mistral y canta Contreras estrofas como la siguiente, pura emoción:

                                                        Yo que todo lo he perdido
                                                        ahora tiemblo hasta al dormir.
                                                        No resbales de mi brazo:
                                                        ¡duérmete apegado a mí!

En medio, otros temas basados en textos de escritoras desde el XVIII al XX. En total, el disco asume los versos de las siguientes, por orden de aparición: “Como la cigarra”, de María Elena Walsh (canción por bulerías); “Tiempo” (soleá), de Dulce María Loynaz, Premio Cervantes 1992; “A la luz del sol” (rondeña y fandango abandolao de El Cojo de Málaga), de María Rosa Gálvez, del siglo XVIII; “Dicen que no hablan las plantas”, de Rosalía de Castro, sin cante, sólo recitado por la actriz Adelfa Calvo; “El trinar del ave” (zambra), de Rosalía de Castro; “Hombres necios que acusáis” (peteneras), de Sor Juana Inés de la Cruz, del XVII, capaz de decir: “Hombres necios que acusáis / a la mujer sin razón / sin ver que sois la ocasión / de lo mismo que culpáis”; “Adolescencia”, sin cante, sólo recitado de Adelfa Calvo; “Búscame en ti” (soneto-canción), de Ernestina de Champourcín; y “Apegado a ti” (nana), de Gabriela Mistral.

Un gran trabajo de investigación, de búsqueda de calidad literaria, y un esfuerzo inmenso de adaptación de los textos, no siempre fáciles de adaptar. Echamos de menos haber cantado el maravilloso texto de Rosalía de Castro, que tanto nos llega, que sólo se recita, aunque muy bien, y que en su cante nos hubiese gustado escuchar. Seguro que en otra ocasión, ahí queda nuestra invitación y nuestro ruego para un siguiente trabajo o en algún directo (para empezar).

En el prólogo, Antonio Parra, profesor, señala el valor de este disco con estas palabras: “Belleza cantada con voz clara y cristalina, lírica pero honda y jonda al mismo tiempo”. Las suscribimos, pues la voz de Antonia Contreras tiene un timbre magnífico y se ha rodeado de un equipo a la altura: la guitarra de Juan Ramón Caro, y en algún tema la de Andrés Cansino, sobre todo, y los coros de Rosa Linero, Vanessa Fernández y Carito; la percusión de David Galiano; las palmas de David Galiano y Carito; los recitados de Adelfa Calvo; los chinchines de Carmen Camacho.

Mucho que alabar en este cedé: el título mismo (“Singular femenino”, en vez de “Femenino singular”), el prólogo de Antonio Parra, la elección de escritoras de tres siglos españolas e hispanoamericanas, la guitarra muy presente de Juan Ramón Caro, los recitados de Adelfa Calvo (actriz y nieta de la Niña de la Puebla), la calidad del folleto y de la portada y, claro está, sobre todo, la voz y el conocimiento de Antonia Contreras.

Como siempre, si bien nos ha convencido todo, queremos destacar algo más concreto, así “Tiempo”, la soleá, llena de sensibilidad y sobriedad, con el tempo adecuado y letras como “El beso que no te di / se me ha vuelto estrella dentro.../ ¡Quién pudiera regresar / de nuevo a tu boca el beso!”, de Dulce María Loynaz; las peteneras con texto de Sor Juana Inés de la Cruz; o la ternura, en letra y cante, de la nana con texto de la humanísima Gabriela Mistral.

Enhorabuena, por tanto, a esta cantaora y a todo su acompañamiento, por esta idea magnífica y por cómo se ha plasmado para la posteridad. Creemos que el empeño ha merecido la pena, es más, debe venir como mínimo un segundo trabajo con nuevas aportaciones de otras escritoras y poetas -no le faltarán, sobre todo del siglo XX-. Esperamos que siga en esta línea como ya hicieron antes otros cantaores y cantaoras, como la misma Pastora, Pepe Marchena, Calixto Sánchez, Vicente Soto, Camarón de la Isla, Morente, Alfredo Arrebola y tantos otros (la lista, a la que añadimos ahora a Antonia, es larga, en estas adaptaciones, sobre todo los últimos treinta o cuarenta años, y en ello trabajamos, como recogimos en nuestro libro Poética y didáctica del cante flamenco (Editorial Signatura, 2009, y desde entonces las aportaciones han sido muchísimas, por suerte).