Sonia Miranda, una sevillana de Isla Mayor afincada desde
años en Agua Dulce (Almería) y José del Tomate, un almeriense convecino de
ella, presentaron en los Jueves Flamencos de Cajasol un concierto que, porque
algún nombre había que ponerle, titularon “Agua Dulce”, como el pueblo en el
que viven los dos.
Sonia demostró con creces quién es y por qué Cajasol se ha
acordado de ella. Dio un recital de auténtica maestra del cante a la antigua
usanza, pero con detalles propios aquí y allá. Lástima que el sonido,
excesivamente alto, distorsionara algo la belleza de su voz. Fue el recital de
una cantaora, formada en ese Conservatorio del Flamenco que es la Fundación
Cristina Heeren, que sigue estudiando cada día –nunca se termina de aprender–, que sigue escuchando las mejores
voces de ayer –Chacón,
Pastora, Varea–, y que
sigue enamorada del cante clásico. Una cantaora que se emociona cantando y que afina
y vocaliza a la perfección.
Comenzó, acompañada de la guitarra de José del Tomate, con
una taranta de don Antonio Chacón, ”Soy del reino de Almería” y la cartagenera “Perlas
a millares”. Siguió, ya con su propio acompañamiento (Antonio Luis López a la
guitarra y Roberto Jaén y David Gavira a las palmas), con una malagueña de Juanito
Varea, rematada por un fandango de Pérez de Guzmán. Después se acordó por
tientos de Manolo Vargas, Gaspar de Utrera y Pastora e hizo una muy personal
farruca, sin duda lo más interesante del recital. Continuó por cantiñas con
algún eco del Niño de Barbate y remató por seguiriyas con nuevos ecos de
Pastora.
José Fernández “José del Tomate” con los suyos (Cristóbal
Santiago, segunda guitarra; Kiki Cortinas, cante; y Johny Cortés, percusión) apuntó
buenos detalles por taranta y tanguillos, hizo una preciosa zambra de Niño
Miguel, bulerías, tanguillos y terminó con “Dulce manantial”, un tema del disco
Paseo de los castaños de Tomatito, su
padre.
En conjunto, un buen programa doble al estilo
cinematográfico.
José Luis Navarro
Fotos: Remedios Malvárez