Promesas que se hacen realidad




Juan Tomás de la Molía

Desde luego, el baile flamenco no corre ningún riesgo. Cada día nacen nuevas figuras. Hoy le dedicaremos estas páginas a una de ellas. Se anuncia como Juan Tomás de la Molía y  tiene 19 años. Su nombre es Juan Tomás Domínguez Cancela y nació en Trebujena el 23 de febrero de 2000. Lo de “la Molía” le viene de su abuela, Juana la Molía, hija de El Molío.
En su familia cercana no hay artistas, pero sí aficionados de corazón. A su padre le encanta el Flamenco y se da sus pataítas por bulerías.

A mi padre le habría encantado ser bailaor. Yo le he visto bailar por bulerías.

Desde  luego, él, su madre y su hermano tienen la culpa de que Juan Tomás se esté subiendo hoy a los escenarios.

Yo estoy aquí por mis padres, que han estado siempre para todo, no me ha faltado ni una clase, yo no puedo tener ni una queja. Y realmente si yo estoy aquí hoy es por mis padres. Mi hermano también me apoya mucho.

Familiares suyos, aunque algo lejanos, son también Moraíto Chico y Tomasito, primo hermano de su padre.


Juan Tomás baila que da gusto verle. Transmite todo ese goce que él siente con cada mudanza. Tiene unos pies espectaculares y cuando se arranca por alegrías o bulerías derrocha gracia y desparpajo. Estoy convencido de que llegará lejos, muy lejos, en esto del Flamenco. 


Se puede decir que vino a este mundo siendo ya flamenco. Así nos lo contó él:

El primer contacto que tuve con el flamenco fue antes de nacer, en la barriga de mi madre. Mi padre le tocaba todas las noches en la barriga de mi madre por bulerías y la noche que mi padre llegaba tarde, porque estuviera de fiesta o trabajando, mi madre se ponía malísima, porque yo no la dejaba dormir, porque me movía mucho. Llegaba mi padre, me daba las palmitas por bulerías y ya yo la dejaba tranquila. Luego, de pequeño, en el carrito, estaba siempre moviendo las manos.

Y empieza el aprendizaje formal. Primero Jerez:

Con 6 años, mi padre me llevó a Jerez, porque quería que viviera la fiesta, la bulería de Jerez. Estuve en la peña Los Cernícalos con Ana María López.

Después Sevilla:

Cuando tenía 8 o 9 años me vine para Sevilla con José Galván. He estado estudiando con él durante 4 años.

Clases particulares y cursillos:

He dado clase particulares con Farruquito. Clases con Pepe Torres, cursillos con El Barullo, Jaime Cala de Jerez, el profesor con el que más años he estado y que me ha aportado mucho.

La Fundación Cristina Heeren:

Ahora estoy en la Fundación, porque gané el “Concurso Manuel Soler” por soleá y me dieron una beca Acciona, que me ha dado la oportunidad de estudiar con maestros como el Choro Molina, Rafael Campallo, Luisa Palicio, con una técnica que me viene a mí de lujo, Milagros Mengíbar y Javier Barón.

Y el Bachillerato:

También, he estudiado hasta  Bachillerato y tengo la selectividad, por lo que pueda pasar.


Sus modelos

Me gusta mucho Farruco, su genio, es el que me llama más la atención. He estado mucho tiempo fijándome en Juan El Farruquito, pero ahora mismo me estoy fijando mucho en Rafael Campallo, tiene mucho gusto bailando y le cojo muchas cositas. También me encanta El Choro, tiene unos pies espectaculares. Y me dicen que me parezco a Rafael El Negro por bulerías.

Su ilusión:

Desde pequeño estoy luchando por esto y quiero dedicarme al baile 100 por 100, porque yo en un escenario disfruto y es lo que me llena a mí. A los 4 o 5 años le dije a mi madre “El flamenco es mi vida”.
Yo voy a seguir luchando y trabajado a por todas y voy a intentar por todos los medios llegar al máximo que pueda.


Y su deseo:

Que la gente venga a verme, que disfrute conmigo y yo con ellos.