Pellizco y Personalidad


Gema Moneo (Jerez, 1991) tiene ese pellizco que emociona y conecta de inmediato con el público. Tiene hechuras y, sobre todo, tiene personalidad. Derrocha garra y temperamento. Se come el escenario y transmite lo que siente. Hace el baile de hoy con los sentimientos de ayer y de siempre. Por eso, mete los pies en cuanto puede. Y lo hace con limpieza, precisión y desgarro. 




Anoche presentó en el ciclo Flamenco viene de Sur “El sonido de mis días”, estrenado el año pasado en el XXII Festival de Jerez y por el que fue distinguida como Artista Revelación. Un espectáculo, dirigido por Mercedes de Córdoba, en el que, superada esa algarabía inicial con estruendo de campanas y tres voces a pleno pulmón y a la vez, Gema empezó en el centro del escenario luciendo brazos y estampas de bailaora clásica. Luego siguió por los territorios que mejor domina, la bulería por soleá, la bulería, los tangos. Sacó después bata de cola y mantón por cantiñas y demostró que además de pies sabe moverlos con soltura. Y cerró el concierto recordando ausencias, Manuel y Juan Moneo, y vestida de negro, por seguiriya —la voz de El Torta primero y las dos sillas vacías con las chaquetas colgadas en los respaldos fueron testimonios e imágenes bien elocuentes—.

Estuvo muy bien arropada por la percusión de Ané Carrasco, las guitarras de Juan Campallo y Jesús Agarrado “El Guardia” —¡cómo se le veía disfrutar por fiesta!— y las voces de Pepe de Pura, Jesús Corbacho, Miguel “El Lavi” y Luis Moneo, que venía de artista invitado.

Otra joven bailaora que tiene ya una envidiable proyección en el panorama flamenco actual en un ciclo en el que este año impera la juventud.

                                                                                                                                José Luis Navarro