Unas manos de mujer revolotearon por el escenario. Ellas obraron el milagro. Nos mostraron imágenes de otros tiempos. Estampas de otra forma de bailar. Un baile de ayer. Un baile que hoy muchas bailaoras —demasiadas— desconocen. Y lo que es aún peor, ignoran. Es el baile de la Escuela Sevillana. Un baile femenino por antonomasia. Un baile elegante que crea poesía en cada mudanza. Un baile de arte que ha tenido en Sevilla sus más excelsas sacerdotisas.
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Foto: Mercedes Malvárez |
Pepa Montes bailó soleá, garrotín y alegrías y nos sumergió en un mundo pasado. Revivió el ayer y soñó momentos que fueron y ya no son. Añoranzas. Le acompañaron en este viaje la guitarra de Ricardo Miño, que hizo su rondeña de siempre, rematada anoche por el baile de Manuel Bellido, y la voz de María Peña, que se acordó de ese tango, "Las Cuarenta", que crearon allá por 1937 los argentinos Francisco Garrindo y Roberto Greta.
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Foto: Jaime Martínez |
El presente lo puso Segundo Falcón. Una voz poderosa. Una voz de hoy, que se acordó de Blas Infante y su “¡Andaluces, levantaos! ¡Pedid tierra y libertad!”, anticipándose a la festividad que hoy se celebra.
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Foto: Mercedes Malvárez |
Entre todos dieron vida a un concierto hecho de nostalgias. Un concierto para el recuerdo.
José Luis Navarro