“Granaíno Jondo”
Cante: Pedro el Granaíno
Guitarra: Patrocinio Hijo
Palmas: Miguel Heredia y
Luis Salado
Percusión: Javier Silva
Metales: Orly Carrodeguas
Jueves Flamencos / Teatro
Cajasol
30 de noviembre de 2023
Desde sus primera colaboraciones como cantaor “de atrás” con la familia Farruco, el timbre, el metal, el leco –como dicen en Jerez- de la voz de Pedro el Granaíno, impactaba por su personalidad y flamencura. Hoy, más de una década después, -y es algo que nos alegra-, es un artista con futuro al que le toca defender su arte en solitario, “alante”, hasta el punto de anunciarse solo, como “Pedro el Granaíno”, incluso sin guitarrista. Esto último nos gusta menos, la verdad.
Siete temas estructuran la propuesta que presentó el pasado jueves en Sevilla. Comienza por soleá, y desde su primera salida Pedro nos confiesa su devoción por Camarón. Una soleá muy rítmica, marcada como si fuera a cantar bulería por soleá. Se presenta con todo su equipo: dos palmeros, un percusionista, una trompeta y una guitarra. Una formación que se mantiene estática, sin cambios, a lo largo de toda su actuación. Soleá con la guitarra al seis por medio, medio tono más alto que el propio Camarón. Pedro sabe que esta tesitura tan alta hiere su garganta y estremece al oyente. Su “metal de voz” es de una belleza incuestionable, agitanada, muy dramática y le permite —con algunos riesgos, a mi entender a veces excesivos— adornarse con quejíos al límite de la ruptura. Se acuerda de la soleá de Charamusco en versión morentiana, de la de Alcalá, de la Serneta en versión de Tomás Pavón y termina con una con algunos guiños a la soleá de Joaniquí de Lebrija, según apuntaba el querido sabio Alfredo Benítez, con el sello creativo de su principal referente, el de la Isla (“Si no me sirven pa ná, pa qué quiero los dineros…”).
Continúa por granaína,
con la modalidad-creación de Chacón versión Morente y con la de Manuel Vallejo,
muy poco cantada, lo que se agradece. Cierra estas granaínas con unos
abandolaos, algo no muy ortodoxo pero que ya es una costumbre de las nuevas
propuestas contemporáneas. En este caso, remata con la rondeña chica y con un
fandango de la Parrala acordándose de Tomás Pavón.
El tercer tema es una
versión del famoso tema “La Estrella”, por tientos-tangos. Con ello Pedro rinde
homenaje a su otro gran referente, Enrique Morente. Tanto es así que lo mezcla
con otros tientos de éste, como “Yo sentí una esperanza”… La trompeta, del
cubano Orly, se incorpora haciendo algunos solos que nos recordaron con agrado a
Fernando Vilches o al Negro Aquilino, en aquellas grabaciones antiguas con el
gran Ramón Montoya. Una delicia que seguro aplaudiría el propio Enrique.
Por seguiriyas, Pedro se
siente seguro. Con la guitarra al seis por medio, como Vallejo. Tras la llamada
al público con el tradicional “Tirititiri”, nos conduce por el mundo de Manuel
Torre y Mojama, por el “Reniego” de Cagancho-Tomás Pavón y cierra con “Los días
señalaítos de Santiago y Sant´Ana”, del Majareta. Creo que lo mejor del
recital. A pesar de ello, pensamos que hubiera sido deseable oscurecer algo el
escenario y quedarse sólo con la guitarra, prescindiendo de la presencia un poco
cansina de todo el grupo, siempre presentes, como ya dijimos. Una guitarra
excelente, la de Patrocinio Hijo, con la que lleva mucho tiempo dialogando de
manera fluida y armoniosa.
Continúa con la Vidalita,
un cante en el que es imposible no acordarse de Pepe Marchena, siendo su
versión libre de antiguas milongas lo que terminó de moldear el modelo
definitivo. La trompeta del cubano nos vuelve a sugerir aires de ultramar. La
tesitura, altísima, creo que no le ayudó a modelar los giros melódicos,
demasiado al límite. Cierra, -y esta es otra dudosa costumbre contemporánea-,
con un ritmo por Tangos, con el “Dime Ana” de Morente.
En la pequeña ronda de
fandangos rinde homenaje a Sevilla y a la Alameda, a Antonio Núñez,
“Chocolate”, con matices de Antonio el de la Calzá, Pepe Pinto…
Finaliza el recital, de
una hora exacta de duración, con el emotivo “Requiem” creado por Vicente Amigo
en memoria del genio de Algeciras, Paco de Lucía. “Será la tierra, serán los
soles, mares y lunas quienes te añoren…”.
Manuel Alcántara