Manuel Bernal busca los orígenes del Flamenco

Manuel Bernal Romero. 2022. Los orígenes del flamenco. Amanecer en Jerez y Los Puertos. Sevilla: Renacimiento.




BERNAL SE ADENTRA EN LOS ORÍGENES DEL FLAMENCO

La historia del flamenco, su gestación como hoy lo entendemos (con polémica) es uno de los temas recurrentes de la discusión y de la investigación de este arte. Se  mira hacia mediados del XIX aunque a principios del XX aún había creación de estilos o palos y a pesar de que sus influencias o fuentes pueden venir de más atrás.

El profesor y escritor Manuel Bernal Romero (Sevilla, 1962) se acerca en el nuevo paso de su trayectoria como investigador a este delicado pero atractivo tema y ello implica reflexionar no sólo sobre su localización geográfica sino también sobre la propia definición, la etimología, en ambiente social, su generación y desarrollo posterior. Ya antes escribió sobre literatura y flamenco, como en la magnífica obra El flamenco y la generación del 27 (Sevilla, Renacimiento, 2018) o la más reciente Federico García Lorca o la concepción moderna del flamenco (Ed. Verbum, 2021). Ahora se centra en el flamenco, concretamente en sus orígenes. El título destacado en la portada, Los orígenes del flamenco, puede resultar muy general o incluso ambicioso, pero hay que seguir leyendo. Vemos Amanecer en Jerez y Los Puertos, con letra más pequeña. Ahí está la clave del libro, pues se centra en la defensa documentada de Jerez, Los Puertos y sus contornos como lugares del origen del flamenco.

Destaca otras ideas, muy aceptadas ya, como la de importancia de la confluencia de diversas culturas en ese nacimiento del flamenco, entre ellas la gran olvidada y últimamente enfatizada, la negra (dada la abundancia de esclavos en otras épocas): “Un espacio excepcional que históricamente fue confluencia de gachós o gadzés, de judíos, de gitanos, de moriscos y de moriscos reinventados, y también de esclavos mayoritariamente negros” (p. 10).

También la importancia de la profesionalización, demasiadas veces criticada cuando es fundamental tratándose de un arte, es lo que hace que evolucione e implica un refrendo de público y crítica más allá del cante íntimo, sea familiar  o de cuartito pagado por señoritos o similar. Hacia 1860 -dice Bernal- el flamenco “pasa del dolor al espectáculo”, y nace y se fortalece en Jerez, Cádiz y Sevilla básicamente. Enfatiza en bastantes momentos el papel del cante de Jerez, o “por Jerez”, como dice, “es obviamente una divisa que ha cruzado la historia del arte flamenco”. Y para demostrarlo nos muestra la consabida lista de artistas, sobre todo del cante, que es en lo que se centra, y abundantemente gitanos, del XIX hasta hoy. Cree que la familia (gitana sobre todo) y la pobreza son las claves del enraizamiento y la continuidad de la tradición flamenca. En la línea de escritores o investigadores ya clásicos como Caballero Bonald o Félix Grande, pues, el gitanismo y la visión trágica del flamenco recorren el libro. Echamos de menos en la bibliografía obras más recientes y novedosas, sobre este asunto, como las de Faustino Núñez, Juan Vergillos, Guillermo Castro Buendía, entre otros, donde podemos ver complementadas e incluso rebatidas algunas ideas hasta hace poco muy aceptadas.

Bernal subraya además la importancia del romance en la gestación tanto musical como literaria del flamenco (muy estudiada y demostrada ya), la posibilidad de que la sustitución de “flamenco” por “gitano” pueda tratarse de un eufemismo, y, en jugosos capítulos, nos acerca a la relación entre Lorca y el flamenco, Jerez y Manuel Torre.

Contamos, por tanto, con una buena síntesis de una de las ideas más repetidas por la bibliografía clásica, que el lector y aficionado puede completar o complementar con las matizaciones o nuevas visiones surgidas en los últimos años gracias al avance de la investigación y a haberse sumado a la misma expertos en musicología. Si decimos que personalmente nos encanta el flamenco de Jerez y su entorno, pero especialmente el de Jerez, tan especial, no decimos más que una opinión o gusto personal, aunque coincida con el de muchos. Naturalmente, todo esto no implica, como para Bernal, arrinconar el flamenco de otras zonas a las que otros han dedicado sus estudios. Pero hablando del origen, Bernal ha querido defender el papel de una zona determinada, indudablemente significativa desde siempre, como es Jerez y Los Puertos y su entorno.

                                                                                                        JOSÉ CENIZO JIMÉNEZ