Esperanza Fernández

 


Esperanza Fernández Vargas (Sevilla, 1966), hija de Curro Fernández y de Pepa Vargas, trianero y lebrijana, nace, se cría y se hace cantaora en el seno de una familia flamenca por los cuatro costados. Su abuela Salud cantiñeaba y había un tío de su madre, el Chache Lagaña, que también. De los cantes que hacían los dos se acuerda perfectamente Esperanza, su tío la seguiriya y su abuela “Manolito Reyes”. 

El Chache Lagaña era un tío de mi madre, tenía una forma muy peculiar de cantar por Seguiriya. No era artista, pero tengo el recuerdo de cuando iba a Lebrija. Yo era muy pequeña y jugaba con una muñeca en un patio de su casa. Recuerdo que él venía con dos copitas y cantaba desde una esquina. Cantaba solo, para él mismo. Cantaba “la ovejita blanca y el praíto verde”. Y esa letra es muy popular, tradicional, la canta mucha gente, pero en este recuerdo cuando cierro mis ojos, esa letra tengo que hacerla, porque me recuerdo, chiquititísima, con mi muñeca negrita, escuchando al Chache Lagaña cantar por Seguiriya. 

A la primera persona que escuché “Manolo Reyes”, fue a mi abuela. No lo había escuchado nunca y tomé la decisión de grabar el tema como mi abuela lo cantaba. Era viejecita y nunca sabía cómo terminaba, entonces cuando quise hacer el tema entero, le pregunté a mi padre de dónde venía, cogí un disco de la Niña de los Peines y pude hacer la letra entera. Pero es una evocación hacia mi abuela porque quería darle un homenaje a ella. Siempre en Navidad, le decíamos “abuela por favor cántanos Manolito Reyes” y ella, como podía, porque era muy viejecita, cantaba, pero se ahogaba mucho, y no podía terminar el tema. A mí su soniquete y el tiempo se me quedaron en la cabeza. Intento recordarlo respetando como ella lo hacía. (Manuela Papino, Flamencoweb.fr, 17.5.2008) 

Y es que, como dice la letra que José el de la Tomasa escribió para ella: “Desde el vientre de mi madre, nací cantaora, con el compás de su sangre” o, como ella misma también suele decir: “Llevo el flamenco en los genes”. 

De cuando era chiquitita, recuerda también Esperanza a los artistas que visitaban su casa. Eran, como ella dice “Gloria por la boca”. Entre muchos otros, se acuerda de Fernanda y Bernarda: 

Recuerdo a dos señoras en casa tomando café en la mesa camilla; yo estaba por allí, jugando con mis muñecas y no sabía ni quiénes eran, pero las escuchaba cantar (Patricia Godino, Diario de Sevilla, 7.10.2010) 

Esperanza tiene una voz potente y rica en matices, capaz de pasar de la delicadeza del susurro al grito apasionado. Con ella expresa todas las emociones y sentimientos de la vivencia jonda. Una voz que acompaña con un privilegiado dominio del compás, capaz de convertir en flamenca cualquier melodía, venga de la música clásica, del jazz o tenga el origen que tenga. 

Es además una mujer valiente y ambiciosa, versátil a más no poder, libre de prejuicios anquilosantes y abierta a todos los posibles caminos de la música actual. Su cante va de la más pura autenticidad jonda al más atrevido reto contemporáneo. 

Primeros pasos 

El Flamenco empezó como un juego. Se pusieron por nombre La Pandilla gitana. Así lo ha contado ella: 

La pandilla gitana éramos mi hermano Paco, mi hermano Jose, un primo nuestro que tocaba las congas y yo. Estábamos todavía en el colegio y hacíamos actuaciones en los fines de curso del colegio o en las velás.

Esperanza comienza como bailaora. Da clases con Pepe Ríos y Manolo Marín y como bailaora se sube por primera vez a un escenario con 12 años. Fue en las Galas Juveniles del Teatro Lope de Vega. Luego se integra en el grupo de sus padres, la Familia Fernández. Curro y Pepa cantaban, su hermano Paco tocaba la guitarra y ella y su hermano Joselito bailaban. Pero a ella lo que de verdad le gustaba era el cante. Y para colmo un día, ya como profesional, tuvo una experiencia muy desagradable. De pronto se le quedó la mente en blanco y no pudo ni siquiera terminar un baile. Ese día juró que no volvería a bailar. Cogió el micro y se hizo cantaora. Una decisión en la que además influyó su devoción por Lole Montoya. Escucharla era para ella, en palabras suyas, “como si yo subiera al cielo”.



Yo era una amante absoluta de Lole, ella me inició al cante, pero no podía ser, sólo hay una Lole, a partir de ese momento empecé a buscar mi propia personalidad, a escuchar más cosas, aun teniéndola siempre presente. Con todo el respeto y amor la tuve que guardar en el cajón, no escucharla más, me absorbía mucho. Tuve que apartarla para poder buscar mi personalidad. (Rafael Manjavacas, DeFlamenco, 25.11.2013) 

Otros ídolos suyos eran Antonio Mairena, Caracol, El Lebrijano y Concha Piquer. 

De esa época guarda Esperanza muchos recuerdos, algunos bastante insólitos: 

Actuábamos en teatros. En Europa se trabajaba muy bien porque los teatros eran muy buenos, excepto cuando actuábamos en los festivales de Andalucía. Yo he llegado, recuerdo, cuando vivía Pulpón, a haber trabajado en un corral de vacas y el escenario era el remolque de un camión con una tabla. 

Hicimos una gira por Italia que duró casi un mes. Mi padre montó una coreografía, que era un martinete, y él quería llevar un yunque, y como no íbamos a encontrar uno en el sitio donde íbamos a ir, cargamos con un yunque desde Sevilla. Imagínate lo que pesa un yunque y lo íbamos cargando de tren en tren y de autobús en autobús, aparte las maletas que llevábamos y todo. O sea, fue impresionante, pero lo pasamos superbién. 

Aparece Mario Maya 

Fue en 1983. Curro, su padre, presentaba en el Teatro Lope de Vega el espectáculo Diálogos con Dios y allí estaba Mario [1]. Le gustó lo que vio y se la llevó para incluirla en el elenco de El amargo. 

Camarón, Paco de Lucía y Enrique Morente 

En 1992 da un paso más en su incipiente trayectoria artística. Ese año forma parte de los coros de Potro de rabia y miel de Camarón y Paco de Lucía y dos años después participa en A oscuras de Enrique Morente, estrenada en la VIII Bienal de Sevilla. Y de la mano del granadino se asoma al futuro. Así lo ha contado ella: 

Él me conocía de toda la vida, era compañero de mi padre, siguió mi carrera desde niña… El creía mucho en la gente joven, nos apoyaba mucho. Él me dio la alternativa en el Teatro Maestranza con el espectáculo “A oscuras”, mi boca se llena de felicidad y flores cuando hablo de Enrique, gracias a él… a partir de ahí dejé de ser la niña de Curro Fernández y pasé a ser Esperanza Fernández, eso se lo debo a él. (Rafael Manjavacas, DeFlamenco, 25.11.2013) 

El Amor Brujo 

En 1994, precisamente después de hacer un espectáculo con Morente la fue a ver Juan de Udaeta y le propuso cantar El amor brujo de Manuel de Falla. Ella no se lo pensó dos veces. No desaprovechó la oportunidad que le brindaba de cantar una música que, como a ella le gusta decir, “había sido escrita para Pastora Imperio, una gitana como yo”. Un año después la interpretaba con la Orquesta Joven de Andalucía, dirigida por Udaeta. Fue el aldabonazo definitivo que la situó en la primera línea del cante. Aquella interpretación le señaló uno de los que serían sus caminos de futuro. 

Como hiciese Manuel de Falla en 1915, ella fundió en su voz Flamenco y Música Clásica. Fue además una obra que volvió a interpretar en numerosas ocasiones. Entre otras, con la Orquestra Sinfónica de Barcelona i Nacional de Catalunya, dirigida por Edmon Colomer en 1996, con la Orquesta Nacional de España dirigida por Rafael Frühbeck de Burgos en 2001 en la clausura del Festival Internacional de Música y Danza de Granada, con la Orquesta de la Academia Nacional de Santa Cecilia, dirigida por el Maestro Pappano en el Auditorium Parco della Musica de Roma, con la Orquesta de Cadaqués en la Sociedad Filarmónica de Bilbao en 2013, con la Orchestre National d’Île de France dirigida por Enrique Mazzola en 2017 y con la Real Orquesta Sinfónica de Sevilla, dirigida por Juan Luis Pérez y con la guitarra de José María Gallardo en la Plaza de España de Sevilla en 2020 [2].



Después, en 1999, convertida en la voz flamenca imprescindible de nuestros clásicos, participaría con una petenera y un garrotín en la zarzuela Margot de Joaquín Turina y en 2001 le volvería a dar su voz a Falla en La vida breve, también bajo la batuta de Frühbeck de Burgos [3] con la Orquesta y Coro del Teatro Lírico di Cagliari. En 2003 lo hacía en el espectáculo El duende, la molinera y el corregidor [4] y de nuevo ese mismo año en Siete canciones populares españolas [5]. Después, en 2010, interpreta en el Teatro de la Zarzuela de Madrid el papel de Candela [6] en la obra ¡Ay amor! del director de escena Herbert Wernicke, una versión que fundía El amor brujo y La vida breve

De Falla a Lorca

En 1995 se acerca a Federico García Lorca con la grabación del tema “Son de negros en Cuba” en Los gitanos cantan a García Lorca (Vol.2) y en 2004 se entrega otra vez a Lorca en un auténtico tour-de-force en El café de Chinitas del Ballet Nacional de España que José Antonio monta y estrena en los Jardines del Generalife de Granada el 5 de junio de 2005 [7]. Ella interpreta “Café Chinitas”, “Zarango”, “Sevillanas”, “Nana del galapaguito”, “Los cuatro muleros”, “Las tres hojas”, “La Tarara” y “Anda jaleo”.



Café de Chinitas 

Y lo mismo que había ocurrido con Falla ocurre con Lorca. Después de un primer reto, viene otro, Poema del cante jondo, los versos que Federico escribió en 1921. Un nuevo desafío que Esperanza resuelve también con rigor, solvencia y toneladas de arte en el Teatro Lope de Vega de Sevilla un 26 de abril de 2019. Un reto difícil ─”Esperanza Fernández le cortó orejas y rabo a un Mihura” titulamos la reseña que publicamos en su día (La Musa y el Duende, 22, págs. 21- 22. )─. Con un telón de fondo presidido por la imagen de Concurso de Cante Jondo de 1922 [8], Antonio Dechent recitó los versos de Lorca acariciando cada palabra. Esperanza emocionó a todos con ese sonido jondo y ese eco gitano de su voz que habría enamorado al mismísimo Federico. Cantó “El grito”, “Baladilla de los tres ríos”, “Saeta”, “Madrugada”, “Camino”, “Malagueña”, “¡Ay!”, “Amargo”, “Zorongo” y hasta movió los brazos como lo habría hecho La Macarrona. Contó con Rosario Toledo, que recitó y bailó cada palabra, expresó con movimientos articulados esas “tijeras en cruz” del “Conjuro” de Lorca, le puso flamencura a sus pies en el “Café cantante” e imaginación y desgarro en su voz en el “Retrato de Silverio Franconetti”. Con ellas dos estuvieron la guitarra de Manuel de la Luz, el piano de Chiqui Cienfuegos, el contrabajo de Pablo Báez y la batería de Lito Mánez, que compusieron la música justa para cada poema y que, como estaban en Sevilla, no se olvidaron de su músico y metieron unos acordes de “Amargura” de Riqueni en el “Poema de la saeta”. 

El Jazz y Cruce de caminos 

Con el nuevo siglo Esperanza protagoniza una nueva aventura musical. Porque, como ella ha dicho en más de una ocasión, “el flamenco es tan rico que se puede combinar con todo tipo de músicas”. Fue un encuentro con el Jazz de tres poetas españoles, Rosalía de Castro, José Bergamín y Pablo Neruda. Un espectáculo que bautizaron con toda propiedad con el título de Cruce de caminos. Esperanza puso la voz y Gerardo Núñez la guitarra y la música. Se estrenó en 2000 en la XI Bienal de Flamenco de Sevilla y les acompañaron el saxofonista Perico Sambeat, el contrabajista Javier Colina, los percusionistas Marc Miralta y Arto Tuncboyaciyan. 

Esperanza cantó cuatro temas: “No hay olvido” de Neruda, un susurro con explosiones jondas, “Por los siete dolores que pasó mi Dios”, una impresionante seguiriya que contó también con el contrabajo de Javier Colina, “Alto y solitario nido” de Rosalía de Castro, una personal taranta con un preludio de percusión del armenio Arto Tuncboyaciyan, y “El misterio está en el aire” de Bergamín, una toná envuelta en ecos jazzísticos. 

Este encuentro con el Jazz fue una experiencia que repetiría en tres ocasiones: en 2003 con el saxofonista francés Jean-Marc Padovani en un espectáculo titulado precisamente Encuentros, que los dos presentaron en el Círculo de Bellas Artes de Madrid, en 2009 con Renaud García Fons participando en su disco La línea del sur con tres temas: “Caballera de mi amor”, “El agua de la vida” y “Enamorada” y en 2010 interpretando en español el clásico “My funny Valentine” [9]  en el espectáculo que con el título de Raíces del alma presentó en la XVI Bienal. Una aventura que dejaría además huella en el primer disco en solitario de la trianera. Y es que, como ella confesó a la prensa: 

Siempre me ha fascinado el mundo del jazz, me apetecía mucho cantarlo y el flamenco se presta, porque, en el fondo, la música tiene un único lenguaje y se hace con oído, corazón y alma […] Yo no soy una cantante de jazz, pero es una de mis pasiones. (ABC, 7.10.2010) 

Por lo demás, Raíces del alma fue un concierto 100 x 100 flamenco con una nana, una soleá y unas bulerías dedicadas a Fernanda y Bernarda de Utrera, unas cantiñas, la “Baladilla de los tres ríos” de Lorca, el himno “Gelem-Gelem” y “Manolito Reyes”, la copla que tanto le gustaba a su abuela Salud. Contó con las guitarras de Miguel Ángel Cortés y David Carmona, el piano de Dorantes y la percusión de Paquito González. 

Cuba 

En 2014 Esperanza mira a Hispanoamérica, se empapa de la música cubana y graba con Gonzalo Rubalcaba la famosa “Malagueña” de Ernesto Lecuona para el documental Playing Lecuona (2015) de Pavel Girau y Juanma Villar Betancort sobre la vida y obra del famoso compositor [10]. 




Dos años después tiene un nuevo encuentro con el piano de Rubalcaba. Lo titula Oh, Vida! y lo presenta en la XIX Bienal de Sevilla, después de pasearlo por América [11]. Es su último disco hasta la fecha. Un original encuentro de Manolo Caracol con el cantautor cubano Beny Moré (1919-1963), apodado en su tierra “Sonero Mayor de Cuba” y “Príncipe del Mambo”. 

Esperanza le dedica a Caracol unas zambras (“carcelero, carcelero”, “Morita, mora”, “Romance de Juan de Osuna” y “La Salvaora”), la zambra “Gitana blanca”, el martinete “De querer a no querer” y el fandango “Malvaloca”. A Moré el bolero “Oh Vida!”, la guaracha-mambo “Yiri Yiri Bon”, los boleros “Tú me sabes comprender”, “Como fue” y “Por una mujer (Mi madre)”, el mambo “Bonito y sabroso” y el son montuno “Santa Isabel de Lajas”. El concierto se completó con “Silencio”, un solo de piano y unos pregones a cargo de los Makarines y el disco con “Yunke con clave”, un número de percusión, y las seguiriyas “Reniego” y “Eran los días señalaítos”. 

En su estreno en la Bienal Esperanza contó con el cante de Arcángel, el baile de Juan de Juan, la guitarra de Miguel Ángel Cortés, el bajo de José Manuel “Popo”, la percusión de Jorge Pérez “El Cubano” y Javier Teruel y los coros y palmas de los Makarines y Dani Bonilla.

Marruecos 

A Esperanza le van los desafíos y los encuentros musicales con otras músicas. En 2003 colabora con músicos marroquíes. El espectáculo se denomina Almadía y se estrena en París, en el Cirque d’hiver. Después hace una gira con ellos. Ese año había tenido su segundo hijo, David. En 2010 participa en el VII Festival de las Andalucías Atlánticas de Essaouira-Mogador y en Junio de 2012 actúa en la Sala Pleyel de París con el gran cantante marroquí de música andalusí Mohammed Bajedoub.

La poesía de José Saramago 

En 2013 Esperanza publica Mi voz en tu palabra, un disco fruto de su curiosidad y apertura de miras. Un día le hablaron de José Saramago. Otro vio un documental sobre él, José y Pilar de Miguel Gonçalves Mendes, y se enamoró de su forma de ser, del amor que se le veía sentir por su mujer. Ese mismo día se propuso dedicarle un disco. Empezó a leer sus versos. Indagó si alguien los había cantado ya. Supo que lo había hecho el cantautor extremeño Luis Pastor y se puso manos a la obra. Empezó por adaptar un par de poemas y se los enseñó a Pilar del Río, la mujer de Saramago. Y ya no paró hasta ver terminado el disco. Contó con Dorantes, que la animó y la ayudó a elegir temas y músicas, y con José Miguel Évora, que incluso le puso música a un par de poemas. El disco salió a la calle el 19 de noviembre de 2013 y se presentó en el Teatro Fernán Gómez de Madrid en la XI Muestra Portuguesa y en el Teatro Lope de Vega de Sevilla el 28 de enero de 2014. Son 10 temas: dos que ya había grabado Luis Pastor y ocho metidos por flamenco. Los dos de Pastor son “En esta esquina del tiempo” (en tiempo de tangos) y “Alzo una rosa”, uno de los más populares del poeta portugués. Las ocho versiones flamencas son “A ti regreso, mar” (garrotín), “Este mundo no sirve; que venga otro” (toná), “Dijeron que había sol” (soleá), “Alegría” (tangos), “Balada” (malagueñas y abandolaos)`[12], “Las alas de mi mariposa” (tiempo de bulería), “Madrigal” (bulería al golpe) y “En el corazón de la mina más secreta” (bulería al golpe). 




La acompañaron Durantes al piano, las guitarras de Miguel Ángel Cortés, Eduardo Trassierra, el cubano Jorge Pérez y José Fernández, el contrabajo de Yelsi Heredia, las palmas de los Mellis y las voces de tres de sus alumnas, Natalia, Vicky y Anastasia.

Sus raíces flamencas, Esperanza Fernández 

Esperanza, independientemente de todos estos encuentros y experimentaciones, siempre ha cantado y sentido el cante más ligado a sus raíces. A él le dedica básicamente su primer disco en solitario. Sale a la luz con el siglo XXI. El nuevo siglo fue particularmente importante para Esperanza, porque, además de ese acontecimiento discográfico, con él vino al mundo su primer hijo, Miguel [13]. Todo un suceso familiar para una madraza como ella ─“Mis niños me han ayudado mucho a entender la vida”, ha dicho más de una vez─.  



Para bautizar su primera grabación, Esperanza no se calienta la cabeza. Lo titula Esperanza  Fernández. Son 10 temas flamencos: “Te conocí en primavera” (bulería), “En el compás de su sangre” (soleá), “Baladilla de los tres ríos” (aire de rumba), “Al compás del baile” (ritmo de tango), “De noche en mi Triana” (soleá), “Corazón malherío” (ritmo de tango), “La Malena” (bulerías), “La fuente blanca” (canción), “Jazmín de medianoche” (alegrías) y “Nana de la esperanza” (tema muy cercano al jazz del percusionista Guillermo McGill). 

Cuenta, sin embargo, con músicos hechos en el jazz, músicos de la talla de Javier Colina y Pablo Martín (contrabajo), Antonio Serrano (armónica, acordeón), Jorge Tejerina (percusión), Jerry González (trompeta) y Yuke (bajo). Las guitarras, obviamente eran todas flamencas: José Fernández, Manuel Parrilla, Miguel Ángel Cortés, Moraíto Chico y Niño Josele. Cuenta así mismo con el piano de Dorantes, con el que llevaba años trabajando, porque amén de otras razones —el padre de Dorantes y su madre son primos segundos—, ella confiesa que “Después de la guitarra lo que más me gusta es el piano” y “Yo siempre cuento con él y él cuenta siempre conmigo”. David Dorantes ha sido una persona especialmente importante en su vida artística. 

Aparte de musicalmente, nuestro acercamiento es de admiración mutua, nos ha hecho encontrarnos en muchísimos sitios, hemos colaborado en muchos proyectos, si me llama Dorantes, yo voy con los ojos cerrados. (DeFlamenco, 25.11.2013) 

Con él ha colaborado Esperanza en varios discos: Voz y marfil (2005), Sur (2006) y Convivencias (2008). 

Recuerdos 

En 2007 Esperanza con 41 años es ya una cantaora hecha y derecha y con un pasado y unas vivencias plenas. Así lo dice ella: 

Mis hijos me han hecho madurar, el tiempo, la edad. No es lo mismo cantar con veinte que con cuarenta. Porque son muchos escenarios, muchas cosas que han pasado en tu vida, en el escenario. Vas acumulando cosas que luego se transforman en seguridad. (Manuela Papino, Flamencoweb.fr, 17.5.2008) 



Es el momento de grabar un nuevo disco. Lo denomina Recuerdos. Son 10 temas que, como reza su título, evocan y reviven recuerdos y aspiraciones de una vida dedicada al cante. Comienza con unas bulerías, “Manolo Reyes”, las que solía hacer su abuela Salud. Luego, recupera los tangos que hacía en Triana el Titi y ella se los oía de chica, las seguiriyas de El Chache Lagaña de Lebrija, un gitano que, según ella, las cantaba como nadie, la farruca de Pastora Pavón y las cantiñas del Pinini. Lo completa con unos fandangos de Huelva y de Lucena, la canción “Antonio Vargas Heredia”, “Mi David y mi Miguel”, una soleá que dedica a sus hijos, y Gelem-Gelem, el himno romaní que compusiese Jarko Jovanovic. Un tema que tiene unas connotaciones especiales para ella. Así las contó: 

El comité gitano de Sevilla, hace aproximadamente unos cuatros años, cuando se celebró el año internacional del gitano, me propuso cantar el himno gitano. Le contesté que no sabía cantar en romanó. Me dieron un disco de un gitano yugoslavo y la letra en español y me gustó tanto que me lo empapé sin saber hablar nada. No sé hablar romano, mi familia no habla, se perdió antiguamente, porque cuando se hablaba otro idioma que no fuera el español, te cortaban la lengua. A los gitanos no les querían, ni a los judíos, ni a los negros, ni a otras razas que no fuera blanca. Entonces se perdió y es lamentable. En el resto de Europa si lo hablan, pero en España no. Me tuve que aprender la vocalización, la pronunciación, tuve que escuchar una versión de Rumania, otra de Yugoslavia, para escoger la que era la más fácil para mí. En este disco quería darle un homenaje a mi raza entera. (Manuela Papino, Flamencoweb.fr, 17.5.2008)



Recuerdos es un disco cuidado en todos los sentidos. La producción y dirección musical corre a cargo del guitarrista y compositor José Antonio Rodríguez y cuenta con su guitarra y las de Paco Fernández y Miguel Ángel Cortés y el piano de Dorantes para “Gelem-Gelem”.

Raíces del alma y De lo jondo y verdadero 

En esta línea de vivencias jondas está su espectáculo Raíces del alma, presentado en la XVI Bienal (Nana de los luceros, soleá, bulerías, cantiñas, Baladilla de los tres ríos, Gelem-Gelem y Manolito Reyes), así como el concierto que con el título De lo jondo y verdadero estrena en la Bienal de Flamenco de 2014. Un recorrido por palos poco transitados del cante (petenera, soleá de Triana, caña, murciana, cartagenera, alegrías, bulerías de Cádiz, milonga, guajira, martinete, seguiriya, serrana y bulerías) con el obligado Gelem-Gelem como cierre y momentos excepcionales compartidos con el cante de Rocío Márquez y el baile de Ana Morales.



Se prohíbe el cante 

Todas estas inquietudes jondas tienen su última materialización hasta la fecha en el documental de Félix Vázquez Rodríguez y Francisco José Ortiz Pérez de León, rodado en 2019, con el irónico título de Se prohíbe el cante, que ella protagoniza. En él, recorre algunas de las peñas flamencas andaluzas en las que se encuentra con José de la Tomasa, Arcángel, Miguel Poveda, Fosforito, Tomatito, Marina Heredia, Rocío Márquez, Jesús Méndez y José Valencia.

Actuaciones destacadas 

Esperanza ha paseado su arte por medio mundo (New York, París, Bergen, Lisboa, Atenas, Finlandia, Noruega, Tampere, Brasilia, Marrakech, Tánger, El Cairo, Colonia, Bruselas, Förde, Roma, Nápoles, Toulousse, Tesalónica, Fez, Siria, Jordania, Líbano, Marruecos, Italia, Alemania, Holanda, Bélgica, Rusia, México, Estados Unidos, Japón…) y muchas y muy diversas son sus participaciones, actuaciones y estrenos destacados de su trayectoria artística.  Ahí  están, entre decenas y decenas de otros,  su inerpretación de Epifanio y Nadie



de Mauricio Sotelo en el Verano Musical de Segovia (1997); la representación de España, seleccionada por la Fundación Autor de la SGAE, en el Pop Komm ’97 de Colonia (1997); la grabación con Rafael Riqueni y Nicasio Moreno del tema “Nacimiento” en Un gitano de ley (1997); su participación en el tema “Por aquí te quiero ver” en los conciertos “Voces por la Paz”, invitada por Yehudi Menuhinn (1998); su presencia en el Festival de Mont de Marsan (2003 y 2011); la grabación de Evocación (2004), con las guitarras de Manolo Franco y Miguel Ángel Cortés y la colaboración de José el de la Tomasa y Miguel Vargas; su participación en el disco Así canta nuestra tierra en Navidad. Vol. XXII (2004); su actuación en Flamenco sinfónico con Miguel Poveda y la Orquesta Sinfónica de Malmö (2005) y en el Ciclo Flamenco y Poesía de la Diputación de Málaga con versos de los Machado (2006); su concierto Cuatro guitarras y una voz con las sonantas de María Esther Guzmán, Paco Fernández, Miguel Ángel Cortés y José Antonio Rodríguez en la XIV Bienal (2006); su participación en Zahorí con Miguel Vargas (2007); su concierto de Música Sacra en la Iglesia de la Encarnación de Bilbao y en el Ciclo Moradas del Alma (2007); su participación en los Festivales de Primavera en El Cairo, Presencia Flamenca en México D. F., Tánger sin Fronteras, Sguardo di Ulisse de Nápoles (2008); su participación con Samira kadiri (Marruecos), Giorgos Xylouris (Grecia), Savina Yannatou (Grecia), Alí Reza Ghorbani (Irán) y el trío franco-iraní Cherimani en el proyecto Melos, dirigido por Keyvan Chemirani, presentado en el Festival de Atenas (2007), en el Festival de Música Sacra de Fez (Marruecos) y en la ciudad de Le Mans (2009); su participación en el Festival Ellas Crean en el Teatro de la Zarzuela y en el Teatro Urania de Budapest (2010); su presencia en el Festival au fil dex Voix en el Teatro Alhambra de París (2010); su espectáculo En clave de seis con Javier Barón y Manolo Franco en el Festival de Jerez y en la Suma Flamenca de Madrid (2013); su versión del tema de Luz Casal “Mi confianza” en el disco Una voz flamenca (2015); su presencia en el homenaje que le rinde a su padre el Tacón Flamenco de Utrera (2017); su actuación en el LVI Festival de Cante Jondo Antonio Mairena de Mairena del Alcor (2018); su presencia en el tablao Garlochí de Tokio (2019) y su participación en el concierto solidario Por Amor a la Cultura en el Centro Andaluz de Arte Contemporáneo de Sevilla (2020).



Esperanza ha colaborado también en acciones sociales y proyectos de integración social (ONG Por la Paz y el Desarme, Instituto de Cultura Gitana, Campaña contra la Violencia contra las Mujeres, Manifiesto de Mujeres Gitanas y la ONG Acción contra el Hambre). 

Actualmente enseña cante en la Fundación Cristina Heeren de Sevilla. Es además una artista que tiene las ideas muy claras sobre el papel de la mujer y de la enseñanza hoy en el Flamenco. Con respecto a la mujer, así se ha expresado a la prensa: 

Nosotras las mujeres le debemos mucho a la Niña de los Peines, porque date cuenta que cuando ella vivía, en esa época, era un mundo absolutamente machista. Ella estaba sola. En el cante tuvo que luchar ella sola, fue una persona muy valiente y gracias a ella, las mujeres cantaoras, estamos en pie. ¡Le debemos mucho a la Niña de los Peines! Realmente creo que el cambio viene solo, como ha venido, porque tiene que venir. No es que yo sea una feminista absoluta, soy realista, los hombres han dado mucho pero las mujeres estamos dando más, igual o más, en todos los aspectos. El arte es de todos y el flamenco si realmente lo vives, también es de todos. No tiene que ver con el color, la raza, ni hombre ni mujer, sino que cada uno tiene su sentimiento porque el flamenco es sentimiento y cada uno lo exterioriza como lo siente. Yo no quiero entrar en “un gitano canta mejor que uno que no sea gitano”. No, cada uno canta como canta. Hay público para todo y es el público el que tiene que opinar si le gusta más uno u otro. Es así, no es más. Yo por lo menos no soy racista, si hay otra gente que lo es, peor para ellos. (Manuela Papino, Flamencoweb.fr, 17.5.2008)

No me considero feminista, yo le doy la razón a quien la lleva, si es el hombre el hombre y si es la mujer, la mujer. (Rocío Armas, Málaga hoy, 10.06.2010) 

Sobre la enseñanza: 

Para aprender hay que tener paciencia. Todo se puede aprender, lo que pasa es que tienes que tener condiciones. No tengo una varita mágica. Tú te vienes un mes y te hago cantaora. Eso no puede ser. Yo llevo más de 25 años, ¡y me queda mucho que aprender! (Manuela Papino, Flamencoweb.fr, 17.5.2008)

 


Sobre la llamada “fusión”: 

Siempre que la persona le tenga respeto absoluto al flamenco y sepa de dónde viene y cuál es su raíz, si quisiera hacer cualquier tipo de fusión, tiene que conocer muy bien las dos partes, el flamenco tradicional y la música que va a fusionar. Si no lo conoce, ya puede tener una voz prodigiosa que a mí no me vale. Yo no lo he hecho nunca si no conozco bien la música. 

Y el rap flamenco:

A mí me gusta mucho la música y todo lo que esté bien hecho para mí es correcto, pero no se le puede decir al rap que es flamenco. Que lleva algún tipo de melodía, algo, que es una base, bien por tangos, bien por bulerías o por soleá, rapear por soleá, si tú eres consciente de lo que estás haciendo y lo haces muy bien, vale. Ya es el gusto de cada persona. 



Premios y reconocimientos 

1994. Premio Andalucía Joven Flamenco. 

2006. Premio Clara Campoamor. 

2007. Premio Mejor Disco Flamenco por Recuerdos 

2007. Premio “El Público” de Canal Sur a Recuerdos. 

2007. 3 Premios “Flamenco Hoy”, de la Asociación de la Crítica Nacional de Flamenco, a Recuerdos (Mejor Disco de Cante, Mejor Productor y Mejor Guitarra de Acompañamiento). 

2008. Nominación a los Grammy al Mejor disco flamenco por Recuerdos. 

2008. Giraldillo del Cante concedido por la XV Bienal de Flamenco de Sevilla, “como mejor exponente de interpretación de las formas flamencas tanto en su acepción tradicional como en sus nuevos lenguajes”. 

2009. Premio Al Andalus. 

2009. Premio Gitano Andaluz en su XII edición. 

2011. Medalla de la Ciudad de Sevilla. 

2015. Premio de Cultura Gitana, concedido por la Fundación Instituto de Cultura Gitana. 

2019. Medalla de Oro de la Provincia de Sevilla.  


Notas

1. Lo firmaban M. Mar Cano y Curro Fernández y lo dirigía Pedro Luis Castrillo. Lo representaron del 27 de septiembre al 2 de octubre de 1983. 

2. También la ha cantado, entre otras, con las Sinfónicas de Valencia, Galicia, Sevilla, Bilbao, Extremadura, Ciudad de Granada, Nacional de Brasil, Filarmónica de Zagreb, Estatal Rusa y la Nacional de México. 

3. Lo volvería a interpretar en 2010 con la Orquesta Sinfónica de Valencia dirigida por Lorin Maazel. 

4. Bailó Aída Gómez

5. “El paño moruno”, “Seguidilla murciana”, “Asturiana”, “Jota”, “Nana”, “Canción” y “Polo”. 

6. El papel de Candela lo asume también la bailaora Natalia Ferrándiz. 

7. Otras representaciones importantes fueron en el Festival Castell de Perelada, la Quincena musical de San Sebastián, el Teatro Real de Madrid y en el Teatro Reggio de Turín. 

8. De Antonio López Sancho, que después se convertiría en esa luna que tanto inspiró al poeta granadino. 

9. “My funny Valentine” del musical Babes in arms de Richard Rodgers y Lorenz Hart, fue compuesta en 1937 y la hicieron famosa, entre otros, Frank Sinatra y Billie Holiday. 

10. En el documental participan también Chucho Valdés, Michel Camino y Raimundo Amador. 

11. El concierto se había presentado en Miami, Nueva York, San Francisco, Bogotá y Colombia. 

12. Lo bailaría Pastora Galván en las presentaciones. 

13. Se había casado en 1996.

                                                                                                                            José Luis Navarro