Por fin estrenó Joselito Acedo (Sevilla, 1979) su esperado Triana D.F. ─hace ya un año tuvimos la ocasión de disfrutar en Cajasol de su primicia─. Ahora lo ha hecho en un monumental y semivacío entorno, el Patio de la Montería del Alcázar sevillano, y en unas circunstancias muy poco propicias, una Bienal desdibujada por la pandemia que nos asola. Ahí, el sobrino espiritual de Rafael Riqueni ha vuelto a sentir, a revivir y a hablarnos con su guitarra de Triana, de su Triana. Esa Triana a la que le ha querido dar un irónico toque washingtoniano con ese añadido de “D.F.” (Distrito Flamenco).
Ha hecho gala de un toque rebosante de flamencura con una guitarra que hace que nos entren ganas de acompañarle con palmas cuando se sumerge en los estilos más rítmicos y que nos emociona cuando camina por los caminos de la soleá o la seguiriya. Esa guitarra que conoce la música de Miles Davis y gusta del rap, pero que nos sigue sonando deliciosamente “antigua”.
Triana D. F. es un recorrido por los palos que conforman el patrimonio jondo, bulería por soleá, tangos, bulerías, soleá, seguiriya y zapateado, adornado con unas pinceladas de un cuarteto de cuerdas en la taranta, la granaína y la rondeña.
Acompañan a Joselito Paco Vega a la percusión, Juan Diego y Manuel Valencia a las palmas, Ismael de la Rosa al cante y el denominado Flamenco Strings Cuarteto.
Nuestra enhorabuena por esta exquisitez musical.
José Luis Navarro