Esperanza Fernández le cortó orejas y rabo a un Miura


Hay palabras que de tanto usarlas indebidamente terminan perdiendo su identidad y su esencia. Una de ellas es “excepcional”. Una palabra que debería reservarse para ocasiones muy especiales. Y uno de estos momentos sería, sin duda, para referirse al espectáculo “Poema del Cante Jondo” de Federico García Lorca, estrenado en el Teatro Lope de Vega de Sevilla. Un espectáculo excepcional en todos los sentidos. 



Fotografía de Nico Salas


Y es que también excepcional era el reto al que se enfrentaban, porque llevar a Lorca a un escenario es como encerrase con seis Miuras en el coso de la Maestranza. Luis Rodríguez Luna, el director, optó por lo más sencillo y lo más obvio: llevar a escena el poema. Antonio Dechent recitó los versos. Esperanza Fernández los cantó. Rosario Toledo los bailó. Manuel de la Luz y Chiqui Cienfuegos les pusieron música. Él a la guitarra, Chiqui al piano, Pablo Báez al contrabajo y Lito Mánez a la batería la interpretaron. Y todos sentimos y vivimos al poeta granadino.





Rodríguez Luna dirigió una puesta en escena impecable, con la iluminación precisa y un telón de fondo presidido por la imagen de Concurso de Cante Jondo de 1922 de Antonio López Sancho que se transformó en esa luna que tanto inspiró al poeta de Granada. Dechent recitó los versos dándoles sentido y acariciando cada palabra. Esperanza nos emocionó con ese sonido jondo y ese eco gitano de su voz que habría enamorado al mismísimo Federico y hasta movió los brazos como lo habría hecho en su mejor día La Macarrona. Rosario recitó y bailó cada palabra, expresó con movimientos articulados esas “tijeras en cruz” del “Conjuro” de Lorca, le puso flamencura a sus pies en el “Café cantante” e imaginación y desgarro en su voz en el “Retrato de Silverio Franconetti”. De la Luz y Cienfuegos compusieron la música justa para cada poema y, como estaban en Sevilla, no se olvidaron de su músico y metieron unos acordes de la “Amargura” de Riqueni en el “Poema de la saeta”. Cerraron el espectáculo con el “Zorongo gitano” y, en el bis, se volvieron a acordar de Sevilla por sevillanas.

Hacía mucho tiempo que yo no disfrutaba tanto en un teatro. ¡Enhorabuena a todos!

                                                                                                                                  José Luis Navarro