Rafael Riqueni, el músico de Sevilla


Rafael Riqueni siente Sevilla, se inspira en Sevilla y su música lleva la esencia y el sello de la ciudad del Guadalquivir. Su música es Sevilla. Y Sevilla lo quiere. Por eso, anoche en el Cartuja Center no cabía un alfiler. 




Riqueni dividió el concierto en dos partes. En la primera nos ofreció su “Parque de María Luisa”, ese conjunto de miniaturas musicales que evocan las sensaciones, las imágenes, los trinos de los pájaros y los olores con que regala al paseante ese jardín mágico. Tuvo dos invitados que adornaron con su baile las sutilezas musicales de sus rincones y glorietas, Rocío Molina y Antonio Canales.




La segunda parte la tituló “Las campanas de Santa Ana” y fue una amalgama de temas en los que hizo gala de la versatilidad de sus querencias y la humildad con la que fue presentando a sus invitados —todos le dieron su cariño junto al respeto que como maestro le mostraban—, dejando su papel de protagonista para convertirse en agradecido acompañante. Fue un apasionante recorrido desde las soleares iniciales, la farruca con que rindió tributo a Mario Maya, las seguiriyas que dijo Arcángel, “Amargura”, las voces de Ana Guerra y de Diana Navarro, el “Orobroy” de Dorantes, los fandangos de Huelva con Salvador Gutiérrez y Manuel de la Luz, unas bulerías, “Romero verde”, basadas en una canción de Lole, hasta los acordes finales con todo su grupo. El público no se conformó con semejante despliegue de arte y, tras más de dos horas y media de concierto, sin contar un descanso de 20 minutos, todavía pidió más.

Riqueni estuvo acompañado de las guitarras de Salvador Gutiérrez y Manuel de la Luz, el saxo de Gautama del Campo, el violonchelo de Gretchen Talbot, la viola de Gonzalo Castelló, los violines de Alan Andrews y Gregorio Lovera, la percusión de Luis Amador y las palmas de José y Antonio Amador.

Y para terminar, algo que no debería hacer falta comentar, pero que desgraciadamente no siempre se da: la iluminación y el sonido impecables.

                                                                                                                            José Luis Navarro