CALIXTO SÁNCHEZ: SIEMPRE MAESTRO, SIEMPRE GRANDE
Siempre maestro por partida doble, Calixto Sánchez fue maestro de escuela, como le gusta decir, y hasta hace poco cantaor, maestro del cante por su amplia discografía, el dominio de muchos palos y estilos del flamenco, sus aportaciones personales a algunos estilos o la incorporación magistral y perdurable de poemas -a veces no estrictamente de la métrica flamenca- de autores como Alberti, Bécquer, Villalón o Antonio Machado.
Jubilado del trajín de festivales a destajo, donde tanto lo solicitaban y aplaudían, sigue cantando en directo alguna que otra vez y ahora nos ofrece un nuevo disco. Siempre recordaremos al Calixto de la Bienal de 1980 y de varias décadas de éxito y cante de primera, como seguimos admirando que esa fuerza poderosa y esa voz clara hayan dejado paso a una forma más grave al cantar, a un tempo hecho con más tiento, a unas fuerzas muy bien dosificadas, a una postura aún más sabia ante el cante.
Nos regala, de la mano del estudio de Eduardo Rebollar, su fiel escudero a la guitarra, director de Artes Escénicas Rebollar, un disco compuesto por nueve temas en diferentes palos, ocho en realidad pues repite las bulerías, a las que se añade seguiriya, tangos, romance, rumba, cantes de Levante, tientos y farruca. Una baraja que mezcla intensidad y ligereza, profundidad y ritmos alegres y vivaces.
A la guitarra se suman los
impagables Manolo Franco -con quien también formó espléndida pareja artística
muchos años-, siempre hondo y jondo; Niño de Pura, alarde de técnica y
precisión como pocos; y Rubén Lebaniegos, otro modo de tocar la guitarra con
prestancia. Completan el equipo artístico el bajo de Daniel Abad, las cuerdas
del Cuarteto de cuerdas de la Orquesta Flamenca de Sevilla, la percusión de
David “Chupete” y los jaleos de Nano de Jerez y Edu Hidalgo, dos tesoros de
nuestro arte flamenco, uno de la generación de Calixto y otro muy joven, de esa
nueva cosecha intensa y cabal. El ingeniero de sonido Fran Amaranto ha grabado,
mezclado y masterizado el disco, que se oye muy bien y tiene letras del propio
Calixto, de José Luis Rodríguez Ojeda (siempre con Calixto un aporte magnífico,
aquí los tangos “Entrada en Jerusalén” y el romance “Romance a Carmona”) y de
Fernando Villalón (parte de los tientos “Caminante”). Algunas muestras de la
lírica propia de Calixto para el cante son esta letra de cante de Levante (“La
mina de la Solana / tiene un letrero en su boca: / “Aquí baja el que se atreve
/ y sube al que a Dios le da la gana”) o
la seguiriya (“La vía se acaba, / remedio no encuentro, / y el cantarito de mis
buenas acciones / vacío lo tengo”). Recordamos que en un libro que coordinamos
para el grupo Gallo de Vidrio, titulado De la tierra al aire, en el
mítico 1992, incluimos a Calixto Sánchez como letrista junto a otro cantaor,
Naranjito de Triana y varios letristas más del campo de la poesía como
Rodríguez Ojeda, Juan Peña o José Prada.
Merece Calixto un libro (y más), no hay ninguno sobre su vida y obra y,
como sabemos, su trayectoria es la de los grandes y cubre además varias facetas
aparte de la estrictamente cantaora: la de gestión, la de la didáctica del
flamenco, conferenciante, letrista, escritor, etc.
El disco se titula “Mi voz
en el tiempo”, todo un testamento, un deseo de reflexión y recuento de lo
vivido en la vida y en el arte, un guiño machadiano, la palabra, la voz en el
tiempo, voz y tiempo como bases de su cante. “Campanera” lo inicia, un cuplé o
canción por bulerías con estribillo que habla de una cantaora de tablaos
víctima de las murmuraciones, la letra es de Calixto y termina: “Y ante aquel
conjunto de murmuraciones / de grandes mentiras y falsas palabras / calló para
siempre / y no volvió a cantar”. Las seguiriyas que le siguen, tres letras de
su autoría con el tiempo y la cercanía o constatación de la muerte, son de lo
mejor de la obra, un conjunto espléndido de letras, interpretación y guitarra,
la de Manolo Franco. “Entrada en Jerusalén” son tangos con letra de Rodríguez
Ojeda, un hosanna flamenco de tema religioso y bíblico (ya colaboraron en el
disco sobre la vida y muerte de Jesús), también de los temas que
destacaríamos. Sigue, también con letra
del poeta carmonense, un romance dedicado a Carmona. Creemos que un claro
homenaje y recuerdo a Antonio Mairena, está incluso Nano de Jerez en los
jaleos, como en el disco último de Mairena. La rumba “Empujaba un carrito”,
según Calixto inspirada al ver a un hombre empujando un carrito por la calle,
todo tristeza y desolación, nos descoloca algo por el contraste entre la
alegría de la rumba y el tema de la letra. Continúa con cantes de Levante, dos
letras de temática acorde, minera, con su maestría habitual y, por tanto,
sobresale del conjunto. Los tientos, con letra de Calixto y de Villalón, uno de
sus referentes poéticos, son un nuevo homenaje tras otros temas de discos
anteriores dedicados al poeta. Alarga
los tercios, asume la profundidad de los tientos con aportes personales. Y le
sigue la farruca, por primera vez en su discografía, muestra de su permanente
actitud de aprendizaje y estudio. Un palo que tiene el peligro de la monotonía,
correcta, pero sin sobresalir dentro de este disco como los temas que hemos
señalado. Termina la entrega, con la maestría de Niño de Pura, con unas
bulerías, más bien a modo de canción por bulerías de tema amoroso, esos enredos
que, como dice, te hacen decir o cantar: “(…) loco estoy yo por saber / por qué
la vida te da / esas puñaladas traperas”.
Ahora nos queda esperar
que tras este disco venga alguno o algunos más, quizá esa antología que hace
tiempo tiene en la cabeza (pocos mejor que él para hacerla) o un repaso del
folclore (romances, pregones...) al flamenco tal como hizo hace años en la sede
de la Tertulia Flamenca de Sevilla que
lleva su nombre con la guitarra de Niño Elías. Todo el mundo del flamenco
saldría ganando con esos discos y esos discos dedicados a su figura, o bien
unas memorias (venga, maestro). Mientras tanto, nos quedamos con este disco de
penúltima hora, maduro, degustado, que se suma a los muchos y grandes discos de
su carrera que sin duda perdurarán. Nuestro agradecimiento no puede ser más
grande.