Raúl Montesinos, Homenaje a Silverio Franconett, Madrid: Karonte-Cambayá, 2021.
HOMENAJE A SILVERIO POR DERECHO
El cantaor de La Puebla de
Cazalla (Sevilla) Raúl Montesinos dedica todo un disco como homenaje a una de
las figuras primeras y emblemáticas del flamenco, a pesar de no tener
grabaciones: Silverio Franconetti. Dice la leyenda que hay una grabación por
ahí, a ver si se encuentra para gozo -o frustración- de todos.
Con un libreto que se
agradece con las letras y comentarios de diversas personalidades se complementa
la obra. Antonio Reina se congratula del trabajo de investigación y el sentido
musical de Raúl. Luis Javier Vázquez Morilla repasa lo que sabemos de Silverio
en su contexto histórico (hay varios libros sobre él), recalcando cómo Silverio
tuvo la visionaria reivindicación del flamenco como expresión artística
singular, “fomentándose tanto la conservación como el desarrollo de las formas,
y por supuesto la dignidad de sus protagonistas”. Miguel Ángel Molina comenta
cómo la selección de los palos, excepto los tanguillos finales, está basada en
el repertorio de Silverio y de sus seguidores, al no disponer de su voz.
Analiza y justifica cada uno de los estilos del disco: la caña, con el macho y
la soleá final; malagueñas viejas de Juan Breva, de aire abandolao; la serrana,
completa con liviana-serrana y macho-cambio de María Borrico; soleá apolá, de
origen trianero, con varias influencias de diversos artistas; rondeña del Negro
y jabera, hoy en desuso la primera, que cantó El Mochuelo; seguiriya,
imprescindible, con diferentes ecos; el polo, con polo de Tobalo-polo
natural-soleá de Enrique Ortega; martinete y tonás, con martinete-toná del
olivarito-toná del Cristo; y por último tanguillos, adaptación flamenca de las coplas de carnaval de la comparsa “Las
Viejas Ricas de Cádiz”.
Letras populares, excepto
las de los tanguillos, con algunas tan grandes como las de la soleá “Tan
imposible lo hallo / de tu querer apartarme / como escribir en el agua / de una
piera sacar sangre” o “Hasta los árboles sienten / que se le caigan las hojas /
mira si sentiré yo / que hablen de tu persona”, la rondeña “Cuando se corta una
rama / el tronco siente el dolor, / las raíces lloran sangre / de luto viste la
flor”, la seguiriya “Mataron a mi hermano / de mi corazón, / pa los días que
viva en el mundo / tendré gran dolor”, o, entre tantas tan intensas, la del
polo “A llorar me salgo al campo / hago las pieras llorar / al ver con las
fatiguitas / con que te empiezo a llamar”. Una riqueza más de este trabajo, el
compendio de letras de gran valor literario.
Las guitarras son las
prestigiosas de Antonio Carrión y Ángel Mata, toda una garantía del mejor
acompañamiento; las palmas y jaleos de Tolo Escavias “Tolín” y Alfonso León; y
el recitado inicial del poema de García Lorca a Silverio de José Luis Rodríguez
Ojeda, el maestro letrista del flamenco tan querido por los cantaores y los
aficionados.
Una obra muy bien
planteada y presentada dentro de una línea del cante clásico, por derecho,
adusto y profundo en la voz de Montesinos. Se agradece la recuperación o
recuerdo de algunas formas olvidadas, como se ha citado, así como el poderío y
la entrega en todo y especialmente en el remate de la serrana, en las
seguiriyas o en las tonás y martinete. Y, desde luego, cómo no, ese aire fresco
que suponen los tanguillos. Tal vez nuestro cantaor se decida a homenajear a
otros artistas que entroncan con su línea, como Antonio Mairena o cualquier
otro que desee, o a los artistas señeros de La Puebla de Cazalla, o a algún
poeta. Lo que decida, lo esperaremos con ilusión dada su capacidad musical, su
fondo jondo y su afán de investigación.
José Cenizo Jiménez