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¡Viva Cádiz!


El Flamenco tiene algunos rincones con personalidad propia y Cádiz, sin duda, es uno de ellos. Cada uno tiene sus rasgos específicos. Cádiz es la gracia. Cádiz rebosa gracia. Gracia y creatividad. Históricamente siempre ha habido artistas que han personificado esa gracia y esa creatividad. Artistas capaces de embrujarnos con su arte. Diego el Mellizo, Pericón, Aurelio Sellés, La Perla, Chano Lobato son nombres que ilustran ese arte y esos atributos. David Palomar es sin lugar a dudas su heredero. Cádiz es ese pañuelo rojo que David lucía en el bolsillo superior de su elegante chaqueta negra.






En Cajasol David hizo de todo. Dio una lección de historia, cantó y bailó. Todo aderezado con el más puro gaditanismo. Por supuesto que hizo los cantes de Cádiz, pero es que cuando se dio sus pataítas por tanguillos estaba respirando el aroma de la bahía. No voy a entrar en pormenores, pero creo que es justo reseñar además que, por lo que sé de él, David es además de artista un tío cabal.







Primero apareció en el escenario con Anabel Rivera y Roberto Jaén y los tres hicieron romances y bulerías. Luego salió su imprescindible Cabeza, que acababa de cumplir años, y los dos la liaron. Alegrías, caña, seguiriya, bulería, soleá, tangos y una “ristra” de tanguillos y bulerías gaditanas. Hacía tiempo que yo no disfrutaba tanto en un recital.






Un detalle para la historia: el recital se titulaba “Universo Cádiz” y se estrenó el 28 de octubre de 2021 en el Festival Suma Flamenca de Madrid. Gracias Cajasol.

     José Luis Navarro
Fotos: Remedios Malvárez