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CURRO LUCENA, "ÚLTIMA GRABACIÓN. CANTES EN DIRECTO". 2022







CURRO LUCENA, IMPARABLE E IMPAGABLE

Cada cierto tiempo, Curro Lucena -nacido en Lucena (Córdoba) en 1950, Hijo Adoptivo de Ronda, donde vive- nos ofrece un nuevo disco en el que recopila actuaciones en directo. Ya lleva varias entregas, que hemos comentado puntualmente, porque este cantaor enciclopédico, de dilatada carrera junto a los grandes del cante y de la guitarra, merece todo el respeto y la difusión.

Premiado en prestigiosos concursos -Mairena del Alcor, La Unión, entre otros- acumula cerca de treinta grabaciones y su actitud hacia el flamenco es ejemplar. Se nos muestra imparable e impagable en la labor de recopilación de sus propias actuaciones, logrando así reunir un amplio conjunto de cantes de variadas características musicales y poéticas.

En el nuevo cedé encontramos diecisiete temas, el primero es la lectura de un poema de Pablo Baldomero y le siguen los cantes, dieciséis de diferente clasificación dentro del frondoso árbol del flamenco: soleá de Cádiz, tonás del Cristo, canción en japonés, peteneras, la caña, tientos de la rosa, cantes de trilla, fandangos de Pérez de Guzmán, nanas a sus nietas Lucía y Alba, minera, zángano de Puente Genil, serranas, romance de Gerineldo, fandangos personales, granaína y media granaína y, finalmente, un cierre perfecto por martinete y debla. Una combinación de cantes a palo seco y cantes con guitarra, cantes a compás y cantes ad libitum.

Las grabaciones corresponden a los años setenta en localidades muy queridas por el cantaor: Ronda y Lucena. Las guitarras son las de Ángel Mata, Manolo Franco, Merengue de Córdoba, Manuel Flores y Roberto Spanó. Curro, “voz privilegiada de un inmenso corazón”, como lo define el poeta Pablo Baldomero en su panegírico recitado, logra como es habitual en él una entrega de perfil tradicional, austero, demostración del conocimiento de tantos años de flamenco, convincente y maduro. Se permite aquí introducir una canción en japonés, en realidad la famosa canción “Alguien cantó” de Matt Monro, un gran éxito de finales de los años sesenta del siglo pasado. Una curiosidad o una anécdota más que nada que no tiene que ver con el resto del disco.

El inicio es simplemente magnífico: soleares de Cádiz. Bien templada, con el tempo justo, gusto y sabor, suave fraseo, musicalidad plena y letras significativas. Una de ellas dice (podríamos llamarla jocosamente “soleá de las tres borracheras”):

Qué bonito es el verano,
que cojo tres borracheras
y siempre amanezco temprano.

Y otra más, con más filosofía:

La vida es un cigarrillo,
humo, ceniza y candela,
unos lo fuman deprisa
y otros lo bambolean.

Del conjunto, muy logrado, nos han gustado especialmente también otros cantes como la caña -de la que es un maestro con su impronta canónica y firme-, la serrana -con solvencia, meciendo los bajos y con altos bien dosificados, con tensión y a la vez armonía y sentimiento-, la granaína y media granaína -templanza, emoción contenida, fraseo modélico, sin estridencias ni sobreactuación, con naturalidad, precisión, calidez, armonía y madurez interpretativa- y, desde luego, el remate de la obra con martinete y debla, un homenaje más a la tradición y a la fuerza telúrica y antropológica del flamenco más clásico e intenso.

Un regalo, pues, para todos, con guitarras de lujo, con Curro Lucena en grande, en maestro. Enhorabuena.

                                                                                                                                                        José Cenizo Jiménez